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COLUMNA

Comentario al Evangelio

Evangelio y lecturas de la Misa del III Domingo de Adviento “Gaudete” 2024

“Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

2 diciembre, 2024
Evangelio y lecturas de la Misa del III Domingo de Adviento “Gaudete” 2024
“Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga”. Foto Especial.

Estas son las Lecturas, el Salmo y el Evangelio de la Misa del III Domingo de Adviento “Gaudete” 2024. ¡Conócelas!

Lecturas y Evangelio del 15 de diciembre de 2024

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Sofonías (3, 14-18a)

Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel;
regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén.
El Señor ha revocado tu sentencia,
ha expulsado a tu enemigo.
El rey de Israel, el Señor,
está en medio de ti,
no temerás mal alguno.
Aquel día dirán a Jerusalén:
«¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!»
El Señor tu Dios está en medio de ti,
valiente y salvador;
se alegra y goza contigo,
te renueva con su amor;
exulta y se alegra contigo
como en día de fiesta.
Palabra de Dios.

Salmo

Salmo Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

R/. Gritad jubilosos,
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel.

“Él es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación”.

Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

“Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso”. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
porque es grande en medio de ti el

Santo de Israel. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses (4, 4-7)

Hermanos:
Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos.
Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas (3, 10-18)

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
“¿Entonces, qué debemos hacer?”.
Él contestaba:
“El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo”.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
“Maestro, ¿qué debemos hacemos nosotros?”.
Él les contestó:
“No exijáis más de lo establecido”.
Unos soldados igualmente le preguntaban:
“Y nosotros, ¿qué debemos hacer nosotros?”.
Él les contestó:
“No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga”.
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
“Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga”.
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.
Palabra del Señor.

Comentario al Evangelio: “¡Alégrense!, el Señor está cerca…”

“Alégrense siempre en el Señor. Se lo repito ¡alégrense! El Señor está cerca. (Filip 4,4-5)
Dos de los capítulos más grandes de toda la Biblia, son los primeros de San Lucas, que dedicó a todo lo relacionado con el anuncio y nacimiento de Jesús, no por nada le apodan el Evangelista de la Virgen María; hay quien incluso sostiene que seguramente se tuvo que entrevistar con ella, porque ningún otro de los evangelios sinópticos hablan de los detalles narrados por él.

Después de estos extensos capítulos llenos de tradición, con himnos, con cánticos que llevarían años en la usanza judía, porque hablaban del Mesías: El Esperado por los pueblos; San Lucas dirige al querido Teófilo, que a final de cuentas somos tú y yo, los que queremos amar a Dios, los teófilos, los que aman a Dios, los amigos de Dios, los que quieren estar con siempre con Él.

A Teófilo entonces dirige esta narración, donde el capítulo 3 comenzará con el ministerio de Juan el Bautista, nada fácil ya que le toca percibir la cercanía, la brevedad de los tiempos a los que se enfrentaba su vida; vida que llegaba al punto del no retorno, porque la opción hecha por el reino de Dios, el que habría de predicar su primo Jesús, era ya inminente. Con razón le fueron a preguntar a Él si era el Mesías y supo reconocer Juan, que él bautizaba con agua, pero vendría quien bautizaría con fuego y a Aquél, ni siquiera era digno de desatar la correa de sus sandalias.

Así que a Juan le toca presentar la llegada del Cordero de Dios, quien quitará el pecado del mundo, por lo que en la mayoría de la iconografía, al Bautista se le identifica con esa frase, diciendo o señalando: “Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata mundi”, ¡He aquí el Cordero de Dios, he aquí el que quita el pecado del mundo!.

Seguramente muchos nos preguntamos y ¿cómo hizo Juan, para saber que ya era el tiempo, que ya era la hora de comenzar todo? Seguramente estimaba mucho a su primo Jesús, pero de eso a darse cuenta de que Él era el Mesías, quien cumpliría las promesas hechas por Dios a través de los profetas, de los cuales él era el último.

Y para responder a esto, qué bueno que el III Domingo de adviento nos recuerda la Alegría, el domingo de la Alegría, le apodan a éste en particular. ¡Qué buena respuesta, saber que cuando Dios va a cumplir su promesa, primero viene la alegría!.

Con razón he visto en el umbral de la muerte a personas con una sonrisa, que saben que ya van a Dios; con razón he visto llorar mujeres cuando van a dar a luz, pero no dejan de sonreír al estar viendo a su hijo, aún en medio del dolor que el parto supone. Con razón veo sonreír todavía personas que van a su trabajo, aunque la situación dicen sus compañeros: está de la patada. Con razón celebro hoy este Domingo Gaudete, con alegría, no porque todo esté resuelto, no porque todo acabe como fábula, de “vivieron felices por siempre”; sino porque Jesús está cerca, de mí y de tí, querido Teófilo lector.

Con este comentario al evangelio, termino más de dos décadas de escribir para Desde la Fe, contento no por terminar, sino porque preparar los comentarios al evangelio, siempre me recordó lo que el Domingo III de Adviento: El Señor está cerca, el Señor llega ya! ¡Ven Señor Jesús!