Violencia familiar
El confinamiento y la presión familiar por la falta de empleo y los recortes salariales han influido influyen en el crecimiento de este problema.
En el confinamiento por la pandemia del Covid-19 ha crecido la violencia familiar en todo el país de acuerdo a las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De enero a octubre de 2020 se abrieron 184,462 carpetas de investigación por violencia familiar, lo que supone un crecimiento del 3.4 % con relación al mismo periodo de 2019 cuando se registraron 178,400 casos.
Los meses con el mayor número de denuncia son marzo (20,504) y octubre (20,590). La violencia familiar se mantuvo estable, con números altos, en los meses de julio (19,693), agosto (19,843) y septiembre (20,088).
Estos datos se derivan de las denuncias presentadas en las procuradurías y fiscalías estatales, pero son muchos los casos que no llegan a estas instancias. El problema es mucho mayor al que registran las estadísticas.
De enero a octubre, por el número de las denuncias, las entidades federales con más casos son: Ciudad de México (22,746), Nuevo León (15,170), Estado de México (13,875), Jalisco (10,165), Chihuahua (9,801), Baja California (9,114) y Guanajuato (8,421).
Para el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) el número de las denuncias creció en los últimos meses una vez que se aflojaron las medidas de confinamiento y las personas empezaron a salir de sus casas y presentar sus casos a las procuradurías y fiscalías estatales.
Los altos números de la violencia familiar lo que demuestran es que no existen políticas publicas en los tres niveles del gobierno para atender y hacer frente a éste problema que tiende a crecer, según el ONC.
En el análisis coincide la organización Causa en Común (CC) que plantea es evidente la falta de respuesta a este delito por parte de los gobiernos municipales, estatales y el federal.
Es urgente, plantean, tomar medidas que eviten se exacerbe la violencia familiar y para ello es necesario que se investigue cuáles son los grupos sociales más afectados y también que se diseñen estrategias, para atender las emergencias.
La falta de respuesta oportuna para hacer frente a la violencia familiar conduce no solo a la agresión física sino también al asesinato.
Ricardo Márquez, experto en seguridad, entrevistado por El Universal (22.11.20) sostiene que el confinamiento y la presión familiar por la falta de empleo y los recortes salariales son factores que influyen en el crecimiento de la violencia en los hogares.
En 2021 la situación no va a cambiar mucho, y más bien se hará sentir todavía más los problemas económicos familiares derivados del desempleo, la reducción de los salarios y el crecimiento de la pobreza.
Es muy probable, entonces, que los problemas de la violencia familiar no disminuyan y sí crezcan. Es un tema que sin duda corresponde al gobierno, pero también al conjunto de la sociedad.
Un elemento central en la existencia de la violencia familiar, en una sociedad como la mexicana, es que en amplios sectores sociales, en el marco del patriarcado, se la justifica.
La pandemia hace evidente, ahora más que nunca, la necesidad de acciones inmediatas, para hacer frente al problema y evitar la agresión, particularmente contra las mujeres y los hijos, pero también de cambios profundos en la cultura de nuestro país.
Twitter: @RubenAguilar
Rubén Aguilar Valenzuela es Profesor universitario y analista político.
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