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COLUMNA

Columna invitada

¿Por qué estás enojado?

¿Cómo te liberas de tu enojo, frustraciones y resentimientos? ¿Hieres con las palabras, con las actitudes, con hechos? ¿Buscas acaso quién te la pague?

20 mayo, 2021
Dios "no miró con agrado” la ofrenda de Caín: eran frutos del campo, pero ¿qué le habrá presentado? Tal vez frutas fuera de temporada, de mala calidad, mal escogidas, apachurradas o seleccionadas, o ¿acaso habrá sido la actitud? “Órale, Diosito, ahí está tu ofrenda, yo ya cumplí”. Lo que sí deja claro el pasaje bíblico (Génesis 4, 1-8) es que Caín se enojó mucho y andaba cabizbajo. ¿Acaso porque la ofrenda de su hermano sí le había gustado a Papá Dios? ¿Le habrá dicho algo Abel? “Lero-lero, mira mi estrellita" ¿Se habría sentido desplazado? Otros artículos del autor: El vaso, ¿medio lleno o medio vacío? Dios le pregunta: "¿Por qué estás enojado?" El que todo lo sabe le cuestiona para que Caín haga conciencia de la causa del enojo, de su mal humor, de su resentimiento. Pero matar a su hermano fue la “solución” que encontró Caín para liberar su enojo. ¿Cómo liberamos nuestro enojo, frustraciones y resentimientos? ¿Herimos con las palabras, con las actitudes, con hechos? ¿buscamos acaso quién nos las pague? Sin duda que se debe resarcir el daño generado, no obstante, con la cabeza caliente, llena del resentimiento no se podrán tomar las mejores decisiones porque la mente estará tan abrumada que no verá soluciones inteligentes inspiradas en la verdad, en la justicia y en la caridad que vienen de lo alto. Para aprender a decir: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen” es necesario contestar la pregunta: ¿por qué estás enojado?   Síguelo en Twitter como: @abrahamrodrigo Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad de sus autores.
POR:
Autor

Educador. Casado y padre de tres hijos. Ingeniero químico con estudios de filosofía, antropología, teología e impro teatral. Desarrollador de procesos creativos para empresas, instituciones (eclesiales y gubernamentales), organizaciones de la sociedad civil. Evaluador de proyectos de inversión y consultor en procesos de desarrollo del cliente. Flp 4,13. 

Dios “no miró con agrado” la ofrenda de Caín: eran frutos del campo, pero ¿qué le habrá presentado? Tal vez frutas fuera de temporada, de mala calidad, mal escogidas, apachurradas o seleccionadas, o ¿acaso habrá sido la actitud? “Órale, Diosito, ahí está tu ofrenda, yo ya cumplí”.

Lo que sí deja claro el pasaje bíblico (Génesis 4, 1-8) es que Caín se enojó mucho y andaba cabizbajo. ¿Acaso porque la ofrenda de su hermano sí le había gustado a Papá Dios? ¿Le habrá dicho algo Abel? “Lero-lero, mira mi estrellita” ¿Se habría sentido desplazado?

Otros artículos del autor: El vaso, ¿medio lleno o medio vacío?

Dios le pregunta: “¿Por qué estás enojado?” El que todo lo sabe le cuestiona para que Caín haga conciencia de la causa del enojo, de su mal humor, de su resentimiento. Pero matar a su hermano fue la “solución” que encontró Caín para liberar su enojo.

¿Cómo liberamos nuestro enojo, frustraciones y resentimientos? ¿Herimos con las palabras, con las actitudes, con hechos? ¿buscamos acaso quién nos las pague?

Sin duda que se debe resarcir el daño generado, no obstante, con la cabeza caliente, llena del resentimiento no se podrán tomar las mejores decisiones porque la mente estará tan abrumada que no verá soluciones inteligentes inspiradas en la verdad, en la justicia y en la caridad que vienen de lo alto.

Para aprender a decir: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen” es necesario contestar la pregunta: ¿por qué estás enojado?

 

Síguelo en Twitter como: @abrahamrodrigo

Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad de sus autores.


Autor

Educador. Casado y padre de tres hijos. Ingeniero químico con estudios de filosofía, antropología, teología e impro teatral. Desarrollador de procesos creativos para empresas, instituciones (eclesiales y gubernamentales), organizaciones de la sociedad civil. Evaluador de proyectos de inversión y consultor en procesos de desarrollo del cliente. Flp 4,13.