Dos expresiones, un mismo sentimiento
Lo ocurrido en los últimos días nos debe llevar a pasar de la empatía al compromiso en la acción por el bien común de todos los mexicanos.
La semana pasada, nuestro país vivió dos expresiones con un mismo sentimiento: el día del grito, y el pasado sábado 19. Ambos con un sentimiento de solidaridad por las víctimas del país.
El primer acto, convocado por Misión Rescate México, se llevó a cabo en 25 ciudades del país con el #LaPatriaEstaDeLuto. 106 organizaciones se solidarizaron con velas encendidas, con banderas de México, con moños negros de luto, con un sentimiento de solidaridad.
Ahí convocamos a la grandeza y unidad del país para construir juntos una respuesta estructurada y fuerte que nos permita salir adelante de esta crisis de inseguridad, de salud y de economía. Con o sin las autoridades actuales.
Ahí nos solidarizamos con las familias, los compañeros y amigos que han perdido sus trabajos, que han cerrado sus negocios y lo peor, lo mas grave, que han visto fallecer a miles de compatriotas por un mal manejo de la pandemia y de la economía.
La denuncia fue fuerte, pues frente a esos resultados no hay justificación que valga, los argumentos autoritarios, excluyentes, ideológicos se hacen pedazos frente a un México enlutado y exigente de un cambio.
El segundo acto, convocado por el movimiento juvenil nacional Testimonio y Esperanza y la Dimensión Episcopal de Laicos, consistió en una Peregrinación Internacional virtual a la Basílica de Guadalupe, con el lema: “Unidos a los pies de la Guadalupana”.
Su convocatoria nos invitó a solidarizarnos con las víctimas de la inseguridad, de la pandemia, del desempleo. A pedirle a la Morenita por nuestro querido México, por su dolor y tristeza, por sus problemas y por sus hijos afectados.
Monseñor Víctor Alejandro Aguilar, Presidente de la DELAI, en su homilía externó: “Podemos perder el empleo, la salud, un ser querido, el dinero. Pero no podemos perder la fe que nos une, nos adhiere a Cristo nuestro Señor. No perdamos la fe. Nunca”.
El impacto fue todo un éxito pues el mensaje mariano llegó a más de 3 millones de personas.
Ambos eventos, ambas expresiones, reflejaron un sentimiento: la solidaridad y la empatía con todos los mexicanos por el mal manejo de la inseguridad, de la pandemia, del desempleo.
Ambos eventos nos deben llevar a despertar y pasar del sentimiento de solidaridad y empatía al compromiso en la acción por el Bien Común de todos los mexicanos: por su seguridad, por su salud, por su empleo.
La sinergia generada por ambas expresiones nos debe llevar a un escenario de unidad nacional, a una gran alianza, a un gran acuerdo, a una coalición de coaliciones donde todos nos sintamos parte.
A buscar juntos el mejor país posible:
-Un país con un auténtico estado de derecho, que busque la justicia, no que multiplique la impunidad.
-Un país con un sistema de salud que salve vidas, no que cuente muertos.
-Un país con una economía que genere oportunidades a las familias, no que clausure sueños o proyectos de vida de todos los mexicanos.
*Leonardo García Camarena es Presidente Nacional de la Unión Nacional de Padres de Familia
Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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