Las claves del padre José de Jesús Aguilar para consolidar nuestra felicidad: valores, actitudes y decisiones

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Confundido

3 marzo, 2023
Confundido
Alberto Quiroga
Creatividad de Publicidad

Debo reconocer que, si en la escuela aprendí mucho, fuera de ella he aprendido mucho más. Recuerdo el tiempo que fui profesor de física en una preparatoria y siendo un maestro inexperto en la docencia, asimilé mucho de mis experimentados colegas.

Uno de ellos, el profesor Oropeza, me dejó una gran enseñanza cuando me hizo reflexionar sobre la manera en la que diseñaba mis exámenes: Usted -me dijo- no hace sus exámenes para evaluar si sus alumnos aprendieron sino para reprobarlos.

Esta crítica me la hizo de manera sencilla y amable, buscando mi bien, y a pesar de lo duro de ella, la recibí, aunque no con gusto, si valorando el interés de este maestro que me mostraba mi equivocación.

Tenía razón, yo no hacía los exámenes para su fin sino para satisfacer un torpe ego mío, tratando de demostrar que era mejor que mis alumnos. Imagínate tal torpeza. Pero gracias a ese consejo oportuno pude reflexionar, pues a raíz del comentario del profesor, replanteé mis objetivos y comencé a diseñar las pruebas pensando en mis alumnos y no en mí mismo.



Por supuesto que esa enseñanza no se quedo en la redacción de los exámenes, sino que la trasladé a muchas otras decisiones que tomo constantemente en mi vida.

De esta forma, trato constantemente de preguntarme si lo que estoy haciendo es para bien o estoy confundiendo los fines con los medios. Sobre todo, revisando si lo que digo buscar está de acuerdo con los planes de Dios. Y de paso, agradeciendo a todos esos maestros que se preocupan por seguir enseñando.





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