Qué podemos esperar de Dilexi Te, la primera exhortación apostólica de León XIV

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COLUMNA

Ángelus Dominical

Qué podemos esperar de Dilexi Te, la primera exhortación apostólica de León XIV

La exhotación apostólica reciente nos traerá enseñanza milenaria, la voz del Papa en esas páginas actualiza lo que ha sido proclamado por tantos obispos

4 octubre, 2025

ENORME LA EMOCIÓN y la expectativa ante el nuevo documento que ha firmado el Santo Padre, León XIV, apenas ayer, día de San Francisco de Asís, y que en latín se llama “Dilexi te” (Te ha amado); los periodistas ya están haciendo un chorro y dos montones de especulaciones (¡clásico!) pero la realidad es muy sencilla: la boca del Papa expresa la fe y la vida de la Iglesia… ASÓMATE BIEN A TU PARROQUIA y encontrarás un dispensario o un grupo de “doble A”, tal vez se recaudan víveres en tales o cuales fechas destinados a los más necesitados, o pregunta a tu párroco a cuantos indigentes o migrantes ha apoyado; y tu parroquia no es sólo el edificio y actividades oficiales de tu comunidad: tal vez doña Fulgencia o el “Güero” –hijo de don José- se esmeran en apoyar a algún enfermo o reparten juguetes el día del niño; todo eso muestra el amor a los pobres… LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA RECIENTE nos traerá enseñanza milenaria, la voz del Papa en esas páginas actualiza lo que ha sido proclamado por tantos obispos, presbíteros, laicos, santos y pecadores, sabios e iletrados a lo largo de toda la historia: conocemos muchos santos que se distinguieron por las obras de misericordia y desconocemos a tantos fieles de a pie que no han hecho menos; sin duda, tú mismo has ejercido el bien en nombre de Cristo, en nombre de Dios y no sólo por buena voluntad o cortesía humana… NO HE LEIDO UNA LÍNEA del nuevo documente pero puedo decir que ya conozco su contenido, pues toda la historia de la salvación ha sido una constante firme y profunda: Dios te ha amado, te ha escogido, te ha llamado (como a mí y a tantos otros) para proyectar el amor y misericordia con que nos ha arrropado una y otra vez (sí, puse tres erres como para manifestar la infinita ternura de Dios)… NINGUNA DUDA TENGO que en la nueva Exhortación Apostólica el Papa también se dirigirá a los organismos internacionales de todo tipo, ya que son estructuras que deben colaborar a la superación de la pobreza, que pueden aportar más que dineros de modo que disminuyan las enormes brechas entre ricos y pobres, entre opulencia y marginación, entre dependencia y colaboración… CONSIDERA LO SIGUIENTE: además de la experiencia personal del Papa León, él cuenta con la asesoría y respaldo de teólogos, sociólogos, historiadores, economistas y toda suerte de expertos en la materia que nos presenta; así que su palabra no es poca cosa y hará –sin duda- mucho bien a todos… TEN EN CUENTA, ADEMÁS, que lo afirmado por el Santo Padre más que doctrina y enseñanza es testimonio y vivencia, suya y de tantos bautizados que en el nombre de Cristo queremos abrir el corazón y las manos a quienes más necesitan (¿más necesitan?): unos en lo material y pasajero, otros en lo espiritual y permanente, o sea: todos… ES MUY CIERTO QUE hay tantos hombres y mujeres, en lo individual y en organizaciones, que sin ánimo de lucro ni afán de protagonismo están haciendo el bien (no necesitan reflectores ni aplausos); también es cierto que muchos aprovechan qué coyunturas (políticas o mediáticas) para lucirse como los buenos de la historia y paladines de escuálidas “transformaciones” sociales: ¡ojalá todos leamos la aportación del Papa y aprendamos de la enseñanza de Cristo y la vida de la Iglesia… TODO EL BIEN -¡TODO!– que podamos hacer creyentes y ateos, ricos y super-ricos, letrados o ignorantes, del norte o del sur, sin duda tiene una base y fondo idéntico e insustituible: el Amor de Dios por todo ser humano, por cada ser humano… QUE SI ALGUIEN DISFRAZA su malicia con máscara de buena gente, al rato se descubrirá y quedará en vergüenza; pero el que hace bien el bien (si: bien dicho y bien hecho), está siendo bendición de Dios para unos y otros, y para sí mismo, sin duda… ME QUEDO EN ASCUAS pero de las buenas, de las que brotan de un hogar que congrega para el alimento, de una fogata que reúne a los amigos, de una fragua que no destruye sino que prepara nuevas herramientas para dar cauce al Amor de Dios: ¡Gracias, Papa León, por tus palabras nuevas enraizadas en la vida de la Iglesia!…