Música que abre camino a la fe, en Nuestra Señora de las Nieves
Los jóvenes van a la parroquia a desarrollar sus dotes artísticos, pero ahí se abre la puerta de encuentro con Dios a través de la música.
La Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves no tiene un grupo de Pastoral Juvenil; sin embargo, los jóvenes participan en la iglesia y comparten su fe a través de actividades culturales como son la música, el teatro y las clases de música.
Esta parroquia es uno de los templos fundados por los padres del Oratorio de San Felipe Neri. Su historia data de los años 50 y, de acuerdo con el padre Salvador Lara Rico, párroco del templo, la comunidad que alberga esta parroquia está llena de vida, con espíritu de celebrar y compartir la alegría.
Pero es el coro el que ha dado de qué hablar pues, a través de él, muchos jóvenes han explotado sus talentos y encontrado una forma de acercarse a Dios. Ellos se reúnen todos los sábados y el templo se convierte en un escenario de expresión donde se llevan a cabo clases, conciertos y recitales.
Andrea Torres y André Rojas se integraron al coro hace casi seis años. Entraron para aprender música y canto, pero encontraron una vocación de servir. “Aquí descubrí que me gustaba la música y cantar, pero encontré un sentido de identidad como persona, encontré amigos y encontré familia”, dijo Andrea, quien da clases de canto.
Para André, que enseña violín y guitarra, el coro de la parroquia consiste en divertirse y aprender, pero también en acrecentar y trasladar la fe a otros. “Son jóvenes que están interesados no solamente en la música, sino que se interesan en la fe y llaman a otras personas”, cuenta el joven.
Además, el grupo de monaguillos es otra de las fortalezas en este lugar. A través de él, se generan varias vocaciones a la vida sacerdotal. Para Gloria Rivera, coordinadora del grupo, su experiencia comenzó cuando tenía siete años. 13 años después, su propósito es lograr que los niños se enamoren de la Iglesia y vayan con alegría.
El padre Salvador destaca que el ambiente en esta comunidad está lleno de música y es cálido. “Yo llegué de Guanajuato a este oratorio hace nueve años y esta fue la parroquia que me recibió. Yo la siento mi casa que me acogió desde el primer momento”.
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