La fiesta de San Sebastián a la mexicana
Una iglesia en Azcapotzalco celebra la fiesta litúrgica de su patrono, un soldado romano que murió por defender su fe.
Querido por los feligreses de la Parroquia San Sebastián Mártir, el padre Esteban Mayasi, de origen congolés, agradece a México el trato fraterno que ha recibido a lo largo de casi 10 años y recuerda la sorpresa que se llevó aquel diciembre en que llegó a guiar pastoralmente a esta comunidad de Azcapotzalco, que este 20 de enero celebra su fiesta patronal.
Antes de su llegada el párroco era el padre Gerardo Avendaño, quien, previo a dejar esta iglesia, anunció a los fieles que sería sustituido por un sacerdote proveniente de África. “Llegué un viernes, y el domingo encontré la iglesia repleta, no cabía un alma más:”, recuerda.
“Pensé que el trabajo me rebasaría. Sin embargo, ese día la gente no venía a Misa, sino a ver cómo era un padre negro de origen extranjero. No habían tenido uno. En realidad, no era tanta la feligresía constante, pero, desde una visión teológica, eso fue una mediación del Señor que quiso tocar a esta parte de su pueblo. La feligresía fue integrándose poco a poco en comunidades eclesiales de base y afianzándose en la fe”.
La fiesta patronal
Cada 20 de enero, desde lo alto de la fachada de tezontle flanqueada por dos torres gemelas con sus respectivos campanarios, san Sebastián presencia la fiesta que en su honor lleva a cabo la comunidad: quema de castillos y toritos, verbenas nocturnas, mariachis, grupos musicales y baile.
Cuando el padre Mayasi llegó a la parroquia, sonaba mucho una frase: “Si no hay muerto, no es fiesta”. Esto encendió en él las alarmas, así que en cuanto pudo se reunió con el Comité Vecinal y con las autoridades de la delegación y acordaron prohibir la venta de cuatro cosas: bebidas alcohólicas, espumas, huevos y harina.
Explica que lo que anteriormente suscitaba las riñas era que, además de que unos se envalentonaban con el alcohol, otros festejaban lanzando los demás objetos a la gente y en varias ocasiones todo terminaba en golpes. “Pero eso se acabó; el ambiente que hoy se vive es muy sano”, dice el párroco.
El sentido de celebrar
“¡A mí me encanta la fiesta patronal! –comenta el padre Esteban Mayasi– ¡Cómo no me va a gustar, si no celebramos a cualquier santo! Celebramos nada más y nada menos que a san Sebastián.
“Fue un soldado romano al que pusieron como guardia carcelero; sin embargo, convencido de que no se podía lograr la salvación si no se estaba en comunión con Cristo, comenzó a llevar a escondidas la Eucaristía a los presos. Cuando lo descubrieron lo mataron a flechazos”.
Apasionado de la historia de este santo, el padre Mayasi ha trasmitido a la comunidad de Azcapotzalco la importancia de vivir de acuerdo con su ejemplo, que anima y encausa para entrar en comunión con Jesús por medio de la Eucaristía. Considera que sólo de esta manera la festividad tiene un sentido cristiano, mismo que se refleja año con año en el tipo de convivencia y en el ambiente que se genera entre toda la comunidad de feligreses.
Una petición especial
El padre Mayasi comenta que durante este día la comunidad hará una petición muy especial a san Sebastián: su intercesión para que el proyecto planteado por el Cardenal Carlos Aguiar Retes de sectorizar la Arquidiócesis de México en cuatro diócesis, llegue a buen fin.
“Es un proyecto para bien del pueblo de Dios, que hará posible una atención más cercana de los obispos a los sacerdotes, así como de los sacerdotes a los feligreses; que facilitará la realización de planes pastorales, con el fin de fortalecer la fe de los católicos”, dice el sacerdote.
Así que quien quiera sumarse a esta petición, dice, “o quien sólo desee participar de esta fiesta patronal, puede venir hoy y disfrutar de esta alegre celebración. ¡Vengan con ganas de festejar, de disfrutar deliciosos platillos mexicanos, y tráiganse sus tenis para que no los alcance el torito!”.
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