La imagen de la Virgen Desatanudos contiene diversos simbolismos muy interesantes. Foto Jackie Sánchez.
¡Este es el significado que envuelve la imagen de la Virgen Desatanudos!
La Virgen Desatanudos ha tomado gran relevancia en el mundo debido a la devoción que el Papa Francisco le tiene a esta advocación mariana, cuyo cuadro fue pintado en el año 1700 por Johann Melchior Schmidter, quien al momento de realizar esta obra plasmó en ella diversos simbolismos muy interesantes. ¿Quieres conocerlos? Sigue leyendo.
En el marco de los festejos por la Asunción de la Virgen María, el padre Luis Pablo Garza Aguilar, párroco rector del Santuario María Desatadora de Nudos en Cancún, donó a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, una réplica de dicha imagen, la cual fue colocada en la Capilla de las Angustias para que los fieles puedan encomendarse a ella para que los ayude a solucionar sus problemas.
Al hacer entrega de Virgen Desatanudos, que fue elaborada por copistas de Cusco, Perú, el sacerdote Garza Aguilar les explicó al Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, y a los fieles reunidos en la catedral, algunos de los elementos que conforman la pintura de esta avocación de la Madre de Dios.
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El vestido con el que está ataviada la Virgen es rojo porque representa la Madre de Dios y está cubierta con un manto azul con estrella porque es la Inmaculada y el color hace referencia a su pureza.
La Virgen Desatanudos está coronada con 12 estrellas, que podrían aludir a las 12 tribus de Israel o a los 12 apóstoles, con lo que se le estaría proclamando como la Madre del pueblo de Dios y la Madre de la Iglesia.
En medio de las nubes del cielo, la imagen de la Virgen se encuentra posada sobre la luna aplastando con sus pies la cabeza de una serpiente que, desde el Génesis y a lo largo de la Biblia, simboliza el Mal el cual es vencido por la virtud de Nuestra Santísima Madre.
De la misma maneta podemos apreciar que sobre la Virgen, en un fondo iluminado, una paloma blanca extiende sus alas, lo que simboliza que el Espíritu Santo acompaña y la guía, además de recordarnos que Dios la eligió para ser su madre, y la madre de todos los hombres.
La pintura nos muestra la advocación de la Virgen María con una cinta en las manos, que representa nuestra vida, a la que le está desatando los nudos, que son los grandes y pequeños problemas que nos afligen.
Vemos en el rostro de la Virgen Desatanudos una expresión de ternura y paciencia mientras realiza su labor, a la par que pareciera también está atenta a nuestras oraciones, ya que su cabeza se encuentra inclinada, con su oído derecho dirigido al cielo, como para escuchar al Señor, mientras el izquierdo se dirige hacia la tierra como para escuchar nuestras súplicas.
En tanto, un grupo de ángeles rodean a la Madre de Jesús, como si Dios les hubiera dado la misión de proteger y acompañarla, además de ayudarla con su trabajo, lo cual se refuerza con dos ángeles que se ubican a los costados de ella.
Así, mientras el ángel ubicado a la izquierda de ella sostiene el extremo de la cinta que está lleno de nudos, que representan las dificultades que encontramos a lo largo de nuestra vida, el ángel de la derecha sostiene el extremo liso de la cinta, que ya fue desenredado y nos mira como diciéndonos que nos encomendemos y confiemos en la Virgen.
Si enfocamos nuestra mirada en la parte inferior del cuadro, específicamente en el centro y justo debajo de la imagen de la Virgen Desatanudos, podremos apreciar dos pequeñas figuras, un personaje con grandes alas que lleva de la mano a una persona a la que le está señalando algo con su mano derecha.
Esta pequeña escena que podría pasar desapercibida representa un pasaje del Antiguo Testamento, el que se refiere al momento en el que el arcángel Rafael acompaña a Tobías a conocer a su futura esposa Sara, que es una historia de amor que dio origen a esta imagen, a esta pintura, a esta advocación.
Sin embargo, sobre la inclusión de estos dos personajes en el cuadro existe otra explicación y esta señala que el humano que es guiado por el arcángel Rafael es un noble alemán llamado Wolfgang Langenmantel quien llevaba muchos años casado con su esposa Sophie Imoff, pero su relación ya era muy tensa y estaban a punto de divorciarse.
De acuerdo con la leyenda Wolfgang fue a ver al sacerdote Jakob Rem, en el Monasterio y Universidad de Ingolstadt, para pedirle oraciones para ayudar a salvar su matrimonio. Durante veintiocho días visitó al religioso para rezar con él en la capilla del monasterio ante una imagen de Nuestra Señora de las Nieves.
Wolfgang llevó con él la cinta de su ceremonia de matrimonio, con la que se ató simbólicamente los brazos de los novios y que representaba su unión invisible ante Dios y los hombres. Al concluir sus rezos, el noble la entregó al padre Rem para que la colocara ante la imagen de la Santísima Madre.
Cuando el santo sacerdote desató el nudo y alisó la cinta, se dice que se volvió “intensamente blanca”, hecho que Wolfgang vio como una señal del Cielo, por lo que regresó con su esposa confiando en que Nuestra Señora los cuidaría. Y así fue, pues pudo salvar su matrimonio y vivió feliz junto a su mujer.
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