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La diferencia entre persignarse, signarse y santiguarse

En palabras del Papa Francisco: cada vez que hacemos la señal de la Cruz, como al despertarnos, antes de las comidas, ante un peligro o antes de dormir, expresamos nuestra pertenencia a Cristo. Y la Cruz es el distintivo que manifiesta quien somos: nuestro hablar, pensar, mirar, obrar está bajo el signo de la Cruz, es decir, del amor de Jesús hasta el fin.

¿Cuál es la diferencia entre signarse, santiguarse y persignarse?

Existen diferencias entre santiguarse, signarse y persignarse. ¿Las conoces? Aquí te las explicamos.

1. Santiguarse

Es cuando dibujamos una cruz sobre nosotros. Iniciamos tocándonos la frente, luego el pecho, después el hombro izquierdo y luego el derecho.

Decimos: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

2. Signarse

Es cuando dibujamos tres cruces sobre nosotros. Una pequeña sobre la frente, una sobre la boca y una sobre el pecho.

Decimos: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro. 

3. Persignarse

Es cuando combinamos las dos. Primero nos signamos (tres cruces) y después nos santiguamos (una cruz).

Decimos: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

¿Cuál es la forma correcta de persignarse?

Cuando nos persignamos, hacemos tres cruces sucesivas en nuestro cuerpo:
Por la señal de la Santa Cruz (cruz en la frente o la cabeza): significa la señal del amor de Jesús, de su entrega hasta el extremo de morir por nosotros. La catequesis señala que esta cruz es para librarnos de pensamientos negativos.

De nuestros enemigos (cruz en la boca): significa que Dios nos libre de la soberbia y egoísmo. Esta cruz es para que podamos pronunciar mejores palabras, evitar las que hieren, señalan o dividen.

Líbranos Señor, Dios nuestro (en el pecho): significa que a Dios, de corazón, le hacemos esta petición. Esta cruz es para que nuestras acciones y trabajo se realicen conforme a la palabra de Dios, siempre rechazando el mal.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (de la cabeza a la boca del estómago): Simboliza que somos parte de Dios, de la Iglesia y de su Cuerpo Místico. Esta es una entrega total a la voluntad de Dios.

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DLF Redacción

La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.

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