Atravesar por un padecimiento no es sencillo, puede generar gran miedo y tristeza. En este proceso, la fe es esencial, ayuda a la persona a contemplar la enfermedad desde otra perspectiva, le da fuerza para continuar. Si atraviesas por un padecimiento o conoces a alguien que lo vive, en esta nota te presentamos 5 oraciones para enfermos que serán una herramienta para su acercamiento con Dios.
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La fe ayuda a contemplar la enfermedad desde otro ángulo.
“La enfermedad puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebelión contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él”. (1501 Catecismo de la Iglesia Católica)
Estas breves oraciones para enfermos fueron tomadas del libro “100 oraciones contra el diablo y el mal”. El prólogo de este libro fue escrito por el padre Gabriele Amorth, mejor conocido como el exorcista del Vaticano.
Jesús, Tu sangre es pura y sana,
que Tu sangre pura y sana circule en mi organismo enfermo,
Tu cuerpo es puro y sano, que Tu cuerpo transforme mi cuerpo enfermo
y me otorguen una vida sana y fuerte,
si esa es Tu santa voluntad.
Amén.
Señor mío y Dios mío, por tu amor y por tu misericordia sánanos,
que somos tus hijos de todas las enfermedades,
especialmente de aquellas que la ciencia humana no alcanza a curar.
Haz que con tu ayuda conservemos siempre pura nuestra alma de todo pecado.
Amén.
¡Oh Cristo, médico de cuerpos y de las almas!,
vela sobre nuestro hermano enfermo y sufriente,
y como el Buen Samaritano derrama sobre sus heridas
el aceite de la consolación y el vino de la esperanza.
Con gracia sanante de tu espíritu,
ilumina la difícil experiencia de la enfermedad y del dolor,
para que sobrellevando en el cuerpo y en el alma este mal,
se una a todos nosotros en la gracia del Padre de la Misericordia.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, Amén.
María, madre del Salvador y madre nuestra,
tu Santidad Inmaculada no te ha no te ha sustraído la espada del dolor,
más al pie de la cruz permaneces firme en la fe,
has creído al amor del Padre viendo a Tu hijo crucificado.
¡Oh Virgen Dolorosa! a ti te presento confiadamente mis penas,
te pido humildemente consolarme a la cruz de Jesús,
para que se transforme este sufrimiento
en un instrumento de salvación para mi alma y para toda la humanidad.
Madre del amor que vences el dolor, ora por mí. Amén.
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Señor mío,
Tú que has dado la inteligencia al hombre
para que pueda penetrar los secretos de la naturaleza,
bendice te ruego estas medicinas que debo tomar para mi salud,
te pido que estas medicinas sirvan para mi bien
y que no dejen ninguna consecuencia negativa en mi cuerpo.
Te lo pido a ti Señor mío y Dios mío,
al cual pertenece el Reino y la Gloria,
por los siglos de los siglos, Amén.
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¿Qué otras oraciones para enfermos conoces? ¡Escríbelas en los comentarios!
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