Este 3 de junio se cumplen 475 años del fallecimiento del primer obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, y en fechas cercanas también la muerte de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
El deceso de Zumárraga está documentado por varias fuentes históricas, entre ellas, la de su principal biógrafo Joaquín García Icazbalceta, quien precisa que fue el día de Corpus Christi, y la muerte de san Juan Diego se reporta en el Nican Motecpana.
El Nican Motecpana fue escrito en 1590, en náhuatl, por el cronista indígena Fernando de Alva Ixtlixóchitl, y cuya traducción es Aquí se pone en orden, debido a que el autor da varias fechas que no figuran en el Nican Mopohua de Antonio Valeriano, que es la fuente primaria de las apariciones en el Tepeyac, y esta cronología es importante.
El Nican Motecpana cita, por ejemplo, la fecha de muerte del Tío Juan Bernardino que fue el 14 de mayo de 1544, de modo que también se acaban de cumplir 479 años de su fallecimiento, y del cual dice:
“Cuando se puso grave vio en sueños a la Señora del cielo, quien le dijo que ya era hora de morir”.
Acerca de la muerte de san Juan Diego, Fernando de Alva Ixtlixóchitl dice:
“Después de servir allí Juan Diego a la Señora del Cielo, murió en el año 1548 a la sazón que murió el Señor Obispo Zumárraga. A su tiempo, lo consoló mucho la Señora del Cielo, quien lo vio y le dijo que ya era hora de que fuese a conseguir y gozar en el cielo, cuanto le había prometido. Juan Diego también fue sepultado en el templo. Andaba en los 74 años cuando murió. La Purísima, con su precioso hijo, llevó su alma adonde disfruta de la gloria celestial.”
Acerca del año 1548, existe un documento pintado sobre piel que encontró el jesuita Javier Escalada, y que es conocido como el Códice 1548, en el que presuntamente se conmemora, como si fuera una esquela, la muerte de Juan Diego, quien aparece frente a la Virgen de Guadalupe en el dibujo.
Otros documentos que también mencionan a este año como fecha de muerte del santo indígena, son los Anales de Puebla y Tlaxcala, el Anónimo A y C, los Anales de Catedral y el Analejo de Bartolache, pero estas fuentes retoman lo que dice el Nican Moctepana, que agrega algunos datos de la vida de Juan Diego, y otros sobre el santuario de la Virgen de los Remedios.
San Juan Diego fue sepultado junto a la ermita de la Virgen de Guadalupe; su tío Juan Bernardino, de acuerdo con el Nican Motecpana, “fue traído desde Tulpetlac al Tepeyac para ser sepultado dentro del templo de la Señora del Cielo, lo que así se hizo por orden del obispo.”
En cuanto a Zumárraga, su voluntad era que lo sepultaran en la Iglesia de San Francisco, por serfranciscano, pero el Cabildo de la Catedral decidió que fuera enterrado en la Antigua Catedral, junto al altar mayor. En 1574 se puso en la pared que cubría el sepulcro, un dosel de terciopelo negro con el escudo episcopal del religioso, y 35 años después, el Cabildo decidió tomar una reliquia, y retiraron su anillo que quedaría bajo la custodia de Fray Diego de Mendoza, guardián del Convento de San Francisco.
El 7 de febrero de 1586, el Cabildo dispuso una caja nueva para conservar sus restos, pero como el proyecto se realizó hasta 1610, hubo dificultad para encontrarlos, de modo que hasta el 12 de junio de 1649 apareció el féretro, y fue colocado en la nueva Catedral.
El 25 de mayo de 1849, el Cabildo trasladó los restos -del suelo a la pared de la capilla de San Pedro-, para evitar mayores daños por la humedad, y allí se colocó una lápida conmemorativa. Finalmente, en 1955, sus restos pasaron a la Cripta de los Arzobispos de México, que se encuentra debajo del Altar de los Reyes.
En cuanto a san Juan Diego, se desconoce dónde se encuentran sus restos mortales.
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