La religiosidad popular es el gran desafío para la VIII Zona Pastoral, pues implica formas y costumbres de los pueblos, como las mayordomías y las peculiaridades de sus celebraciones, dijo monseñor Andrés Vargas.
“Son muchas expresiones de fe, en las que se necesita profundizar en el conocimiento y la puesta en práctica del Evangelio”, explicó el Obispo Auxiliar.
Detalló que en su territorio han procurado dar una respuesta organizada a nivel inmediato y práctico en este tema, pues los jóvenes viven una transición cultural entre sus tradiciones y la modernidad, y piden de la Iglesia una respuesta clara.
“Tenemos sacerdotes que están al frente del proyecto de Pastoral Juvenil; sin embargo, creemos que la réplica es pobre a pesar de todos los esfuerzos”.
Por otro lado, explicó que también se han enfrentado a una crisis vocacional, pues esa Zona Pastoral era la que proveía del mayor número de jóvenes aspirantes al sacerdocio y en la actualidad hay una baja considerable.
“La Pastoral Vocacional y Juvenil han estado trabajando de la mano y en comunión, pero la respuesta no es como la esperamos, hay pocos jóvenes que responden a esto”.
Monseñor Vargas señaló que las propuestas del Cardenal Aguiar en cuanto a sinodalidad, comunión, pastoral orgánica y la cohesión entre los distintos proyectos de la Arquidiócesis, sin duda son un referente que favorece el proyecto de esta zona.
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