Iglesia en México

Homilía del Arzobispo Carlos Aguiar en la Misa Crismal 2020

“Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”

Qué difícil es asumir estas palabras de Jesús, y afirmar, como lo hace Jesús, que a través de nuestra persona se está cumpliendo la Profecía de Isaías:

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la Buena Nueva, para anunciar la liberación a los cautivos, y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.

Vale la pena examinar nuestro ministerio ante las características que anuncia el Profeta y que Jesús las hizo suyas. Ciertamente el Espíritu del Señor nos ha sido transmitido para ejercer el ministerio sacerdotal, en favor del Pueblo de Dios, pero revisémonos con honestidad y humildad:

Si hemos anunciado la Buena Nueva a los pobres, es decir, si hemos hechos presente el amor y la misericordia de Dios Padre, como lo hizo Jesús a los más necesitados

Si hemos levantado el ánimo a los de corazón quebrantado, a quienes se encuentran desesperanzados ante las afrentas recibidas en su dignidad o en la dignidad de sus seres queridos

Si hemos proclamado el perdón a los cautivos en nombre del Señor, visitando a los recluidos tanto a los que justamente sufren una pena, como aquellos, que han sido encarcelados injustamente o que siendo inocentes no han recibido sentencia

Si hemos consolado a los afligidos o a los abandonados, a los desamparados o a los indigentes, a los deprimidos o los marginados – Si hemos auxiliado a los enfermos para que su tristeza y su preocupación se convierta en esperanza, que los llene de alegría.

Si hemos pregonado la gracia de Dios Padre, que a través de Jesucristo ha derramado a todos los que creemos en él, y ciertamente, la derramará a todos los que acudan a Él.

Seguramente encontraremos algunas acciones, que habrán ayudado a los miembros del Pueblo de Dios en el crecimiento de su fe, en la generación de la esperanza, y en una caridad testimonial admirable; y de ello debemos, con el corazón agradecido, alabar a Dios y dar testimonio, ante la comunidad cristiana que presidimos, de las maravillas que hace el Señor en medio de nosotros y a través de nosotros.

También aparecerán en nuestra memoria situaciones en las que no pudimos concretar una respuesta eficiente, debido a múltiples causas, que justificadamente o no, impidieron que ejerciéramos nuestro ministerio sacerdotal satisfactoriamente.

La lectura del Apocalipsis manifiesta que la plenitud del Reino de Dios será un Reino de Sacerdotes, es decir, donde todos podremos ver y hablar directamente con Dios, y recuerda que la finalidad de la misión de Jesucristo, al encarnarse es para redimir y transformar las realidades terrestres en las realidades celestiales, a las que hemos sido destinados por el amor misericordioso de Dios Padre.

El ministerio sacerdotal nos ha sido transmitido para conducir a la humanidad a su destino, no obstante, nuestras infidelidades y equivocaciones, a veces involuntarias pero reales, que van retrasando la llegada del Reino de Dios en plenitud. Sin embargo, también debemos descubrir otras muchas actividades, que hemos realizado y han servido para avanzar y pregustar las primicias del Reino.

Pidamos perdón al Señor de nuestras fallas y con gran esperanza renovemos, como lo haremos en unos momentos más, nuestras promesas sacerdotales, con plena confianza en el amor de Dios, que nos eligió para este ministerio, que conoce y que sostiene nuestra frágil condición humana.

Así juntos conmigo, Presbiterio y Obispos, realizaremos la consagración del Santo Crisma que nos permitirá transmitir la fuerza del Espíritu Santo a los bautizados en las diferentes situaciones de la vida humana, y de los Santos Oleos para preparar a los catecúmenos, y para asistir a los enfermos, especialmente en esta grave crisis ocasionada por la Pandemia.

De esta manera, con esperanza fundada podremos afirmar la acción actual y permanente del Espíritu Santo en su Iglesia, como Jesús y con Jesús, proclamando: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Amén

 

 

¿Ya conoces nuestra revista semanal? Al adquirir un ejemplar o suscribirte nos ayudas a continuar nuestra labor evangelizadora en este periodo de crisis. Visita revista.desdelafe.mx  o envía un WhatsApp al +52 55-7347-0775

Cardenal Carlos Aguiar Retes

Entradas recientes

“La vejez es aceptar con amor”: la sabiduría de María Luisa en cada bordado

La vejez es un tiempo de cambios y desprendimientos, pero también de nuevas oportunidades para…

10 horas hace

Entre libros y yoga: así vive Don Manuel, el alumno más sabio de la primaria con 91 años

Con 91 años, don Manuel Valerio Martínez demuestra que nunca es tarde para aprender y…

11 horas hace

Test: ¿Qué tan buena es tu habilidad de escucha? Haz este examen de conciencia

La escucha efectiva será una herramienta muy poderosa en tu ámbito social y familiar, al…

11 horas hace

Oración a Carlo Acutis, el santo millennial

La devoción a Carlo, conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía”, ha inspirado a miles…

14 horas hace

Lecturas de la Misa y Evangelio del Domingo 31 de agosto 2025

El pasaje de este domingo nos habla de la importancia de la solidaridad y de…

14 horas hace

Once retablos dorados y una joya del barroco: así es el Templo de San Agustín en Salamanca

En Salamanca, Guanajuato, el Templo de San Agustín deslumbra con sus retablos, que fueron considerados…

14 horas hace

Esta web usa cookies.