A siete meses de haber sido electo Papa, el miércoles 2 de noviembre de 2005, con motivo de la celebración del Día de los Fieles Difuntos, Benedicto XVI visitó la tumba de su predecesor Juan Pablo II ubicada en las Grutas Vaticanas, sin saber que, más de 17 años después, aquella sería su última morada.
Un día antes, con motivo de la oración mariana del Ángelus, había expresado su deseo de unirse a la tradición cristiana de visitar el cementerio para rezar por sus difuntos y recogerse “en oración en las Grutas Vaticanas ante las tumbas de los Papas que coronan el sepulcro del apóstol Pedro y recordar, en particular, al querido Juan Pablo II”.
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Para Benedicto XVI ese gesto representó una “oportunidad para pensar sin temor en el misterio de la muerte y cultivar esa incesante vigilancia que nos prepara para afrontarlo con serenidad”.
De acuerdo con la Oficina de Información de la Santa Sede, la visita del Pontífice a la tumba de Karol Wojtyla, que tenía carácter de privado, se llevó a cabo a las 18:00 horas de ese día. Así, hace poco más de 17 años, el recién fallecido Papa emérito oró frente a la que sería su última morada.
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Así es: el Papa emérito Benedicto XVI fue sepultado en la Cripta de los Papas que se encuentra en las Grutas Vaticanas, cerca de la tumba de San Pedro que está ubicada justo abajo del Altar Mayor de la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.
De esta manera, Benedicto XVI ocupa el lugar donde fueron sepultados los Papas San Juan XXIII hasta 2001 y San Juan Pablo II hasta 2011, cuyos restos mortales fueron trasladados a las capillas superiores de la Basílica de San Pedro para su veneración pública, a través de unas urnas con cristales.
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La capilla donde reposa Benedicto XVI es muy sencilla y está presidida por una escultura en relieve donde se ve a la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos; en dicho lugar se colocará una lápida de mármol con su nombre.
A esta zona de criptas se accede por una escalera de caracol que se encuentra junto a una de las grandes columnas de la Basílica. Al descender, se encuentra la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe que mandó construir san Juan Pablo II.
Las Grutas Vaticanas cobraron importancia durante las excavaciones de 1939, cuando se descubrió un cementerio del siglo II donde aparecieron varias urnas con cenizas. Este fue el primer paso para explorar el subterráneo donde aparecieron los restos del apóstol san Pedro durante el pontificado de Paulo VI.
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Por lo general, la gente que visita el Vaticano puede recorrer parte de la zona de criptas, pero no todo el acceso es permitido pues se requiere de un permiso especial con guías, ya que en los muros del lugar se encuentran algunas pinturas antiquísimas.
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