Conoce la colina llena de Cruces en Lituania
Este lugar se convirtió en atractivo turístico y también en un símbolo de amor a Cristo y a su Iglesia.
En Lituania existe una colina donde hay miles de cruces de todos los tamaños y formas. Se cree que los lituanos comenzaron a colocarlas de forma esporádica como respuesta ante la represión y como forma de defensa de la libertad religiosa.
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Su creación fue especialmente valiosa en los momentos de represión hacia este país, ya sea por parte de la Rusia zarista entre 1831 y 1863 o la extinta Unión Soviética, esta colina se convirtió en un símbolo de la resistencia contra el invasor, ya sea físico o cultural. A partir de 1991, cuando Lituania alcanzó su independencia, fue reconocido como un monumento nacional que habla de la unidad de todo el pueblo en torno a su fe.
Entre 1963 y 1990, bajo el yugo comunista, al menos se hicieron cuatro intentos fallidos para destruir este lugar de culto, con el pretexto de construir una presa, pero ante cada agresión en la que el gobierno enviaba maquinaria pesada y aplanadoras tratando de arrasar con el sitio, los fieles volvían a llenar de cruces esta colina a pesar de las prohibiciones y amenazas.
Nadie sabe cuántas cruces hay en esta colina, mismas que están hechas de todos los materiales imaginables y de todos los colores, pero hacia el año 2006 se calculaba que había 100,000 cruces, y estimaciones recientes suponen que esta cifra se ha duplicado. Esta colina se encuentra al margen de la carretera que va de Kalingrado a Riga.
El Papa Juan Pablo II, durante su visita a Lituania el 7 de septiembre de 1993, puso una cruz más y allí celebró la Santa Misa ante miles de asistentes, y como él, cardenales, obispos, patriarcas e incontables fieles han visitado esta colina, que es motivo de peregrinaciones y de visitas turísticas, provenientes, principalmente, de gente de los Países Bálticos.
Desde el año 2000, a unos 300 metros de esta colina hay una ermita franciscana, sin embargo, es visitada por personas de otras religiones cristianas. El cardenal Vincentas Sladkevicius ha descrito a la colina como el corazón de Lituania abierto al Altísimo.
El acceso a la Colina de las Cruces es libre y los visitantes pueden recorrer los caminos entre las cruces. El ejemplo que en Lituania dieron miles de personas en distintos tiempos, al revestir esta colina de su fe, representada en miles de crucifijos, sirve de inspiración al mundo entero en materia de defensa y promoción de su amor a Cristo y a su Iglesia.