En el pasado, el actor y estrella de Hollywood, Shia LaBeouf, se ha visto involucrado en infinidad de escándalos, una vida de excesos que -aseguró- ya ha quedado atrás, luego de su conversión al interpretar al padre Pío en una nueva película dirigida por el director Abel Ferrara, y que se estrenará en septiembre, en la sección paralela del Festival de Cine de Venecia.
Él mismo lo ha explicado en una entrevista que concedió al obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Los Angeles, Mons. Robert Barron.
LaBeouf alcanzó la fama al protagonizar la película Transformers (2007) pero a partir de 2011, su vida se convirtió en una sucesión de detenciones, la primera ocurrió ese año tras una pelea en un club de Los Ángeles, pasó por clínicas de rehabilitación sin recuperarse del todo, tuvo excesos con el alcohol y su carrera parecía terminada cuando en 2020 su exnovia FKA Twigs lo demandó por abuso y agresiones.
“Mirar cómo otras personas que han pecado más allá de lo que yo podía imaginar también se encontraron en Cristo me hizo pensar: ‘eso me da esperanza'”, dijo el actor en la entrevista con el obispo.
“Escuché experiencias de otras personas que habían encontrado su camino en esto y me hizo sentir que tenía permiso”, aseguró.
En la entrevista para el canal de Youtube del obispo Barron, ampliamente conocido en los medios de comunicación de Estados Unidos, Shia LaBeouf reconoció que, hasta su conversión, se encontraba en uno de los momentos más difíciles de su vida personal.
“Tenía una pistola sobre la mesa. Estaba con un pie en el otro lado. No quería seguir vivo cuando todo esto sucedió. Una vergüenza como nunca antes había experimentado: el tipo de vergüenza que te hace olvidar cómo respirar.
Durante la entrevista, Shia LaBeouf menciona especialmente el apoyo que recibió del hermano Alex, un religioso que lo acogió durante el período en el que convivió con los capuchinos en Old Mission Santa Inés en Solvang, California, y a quien él mismo describió como “mi mano derecha en la vida y en la película”.
Fue tal la influencia del hermano Alex -y de sus hermanos capuchinos de California- en la vida y el trabajo actoral de Shia, que incluso aparece con un pequeño papel en la película.
Los capuchinos, aseguró, lo llevaron de la mano para comprender a profundidad al Padre Pío de Pietrelcina, pero también lo introdujeron a la obra de San Agustín, lo animaron a leer los Evangelios, a orar frente al Santísimo Sacramento e incluso a hacer su Primera Comunión.
La experiencia que vivió para preparar su papel como san Pío de Pietrelcina y la misma interpretación en la película, aseguró LaBeouf, también fue determinante para su conversión.
“Esto fue más que un papel, Pío también salvó mi vida, no fue sólo una película y no lo digo a la ligera (…) Si te gustan las experiencias inmersivas y te asignan el trabajo de interpretar al Padre Pío, tu vida va a cambiar”.
Los excesos de alcohol y las acusaciones de acoso prácticamente derrumbaron una carrera brillante, que lo llevó a interpretar grandes éxitos taquilleros como la saga de Transformers y una película de Indiana Jones, y reconoce que tomó la decisión de interpretar al Padre Pío para salvar su carrera… pero fue Jesús quien lo salvó a él.
“Ahora entiendo que Dios estaba utilizando mi ego para atraerme hacia Él. Me alejaba de los deseos mundanos. Todo sucedía simultáneamente. Pero no hubiera tenido ningún impulso para subir al auto y conducir al monasterio si no estuviera pensando: ‘Oh, voy a salvar mi carrera'”, dijo.
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