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COLUMNA

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El poder de la honestidad

La transparencia debe ser uno de los valores que nos permitan como sociedad velar por los intereses sociales

17 junio, 2024
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Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación. 

Ser honesto y actuar con sinceridad es más que no mentir o no engañar, implica ser íntegro y tener consciencia de uno mismo y nuestras capacidades, pero sobre todo significa respetar y no abusar de los demás.

Vivimos en un mundo donde la confianza ha decaído, no sólo en las instituciones públicas y privadas sino también en la propia humanidad, el tejido social cada vez se encuentra más fracturado y los valores han perdido la importancia que antes tenían, es por ello que hoy más que nunca se requiere renovar nuestro compromiso en todos los ámbitos y en nuestras relaciones.

¿Cómo aumentar la empatía?, ¿de qué forma podemos fomentar una mejora en nuestros vínculos afectivos y laborales?, probablemente haya muchas respuestas a estas preguntas, sin embargo, estoy convencido que en todas se requiere de la honestidad, de reconocer nuestros errores y limitaciones, porque sólo a través de ello se puede comenzar a trabajar en lo que nos hace falta.

Por otro lado, contrario a lo que podría pensarse este importante valor nos permite tener una vida más tranquila y beneficios a la salud, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas la honestidad puede mejorar la salud mental y física. Por otro lado, la falta de ella puede aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco y provocar otras consecuencias negativas para la salud.

Es innegable que la honestidad es esencial para el desarrollo integral, y es que tener personas e instituciones que fomenten el trabajo en equipo, la responsabilidad y la transparencia impulsan la inversión y el crecimiento. Hoy se apuesta por líderes íntegros, que actúen de manera coherente, pero sobre todo que sean cercanos a la gente, que escuchen y que se encuentren abiertos a cambios de paradigma.

Pero, además, no se puede perder de vista que la honestidad no significa tener que ser violentos o agresivos a la hora de transmitir lo que queremos, porque la comunicación sin compasión es crueldad. Es cierto que se requiere un cambio en nuestro entorno social, sobre todo en el ámbito político se debe apostar por un diálogo abierto, franco y veraz que permita resolver conflictos y trabajar de manera eficaz.

Reducir la desconfianza y la incertidumbre se ha vuelto clave para garantizar un mejor funcionamiento interno del Estado así como de la iniciativa privada para proyectar una imagen de estabilidad que atraiga inversiones e incremente la posibilidad de desarrollo social.



Es así que, la transparencia debe ser uno de los valores que nos permitan como sociedad velar por los intereses sociales e insistir en las mejoras que se requieran, es cierto que vivimos momentos complejos y se necesitan cambios en muchas prácticas gubernamentales, sociales y personales y la mejor manera de comenzar con ellos es reconociendo las equivocaciones y renovando nuestro compromiso de ser mejores.

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*El autor es consultor en temas de Seguridad, Inteligencia, Educación, Religión, Justicia, y Política.

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Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación. 

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