Respeto a la vida significa ‘no matarás’
P. Sergio G. Román*¡Qué maravilla son las redes sociales, pero qué peligrosas pueden llegar a ser! Así lo demuestran los lamentables linchamientos que se registraron en días pasados en varios estados del país, en los que, motivados por noticias falsas fabricadas y difundidas por las redes sociales, grupos de personas asesinaron a presuntos robachicos.Los linchamientos […]
P. Sergio G. Román*
¡Qué maravilla son las redes sociales, pero qué peligrosas pueden llegar a ser! Así lo demuestran los lamentables linchamientos que se registraron en días pasados en varios estados del país, en los que, motivados por noticias falsas fabricadas y difundidas por las redes sociales, grupos de personas asesinaron a presuntos robachicos.
Los linchamientos no son nada raro en la cultura popular de nuestro México; cuando el pueblo se siente abandonado por quienes tienen la misión de hacer justicia o cuando éstos son cómplices de los que hacen el mal, la gente hace justicia por su propia mano y se convierte en policía, juez y verdugo.
Es muy fácil ‘linchar moralmente a los linchadores’ y catalogarlos inmediatamente como asesinos, y no sólo a ellos, sino a todo el pueblo donde se efectuó. Pero suelen ser gente decente atrapada en una dinámica de exaltación que los lleva a convertirse en asesinos. La chusma, la turba, es hipnótica y arrastra emocionalmente a los que participan de ella, sienten que están defendiendo sus derechos y que lo que hacen es heroico. Ni siquiera sienten remordimientos de conciencia porque la culpabilidad se diluye entre todos los participantes.
La forma de evitar los linchamientos es ponerle remedio “antes” de que sucedan, porque van a seguir ocurriendo.
Nos toca a los sacerdotes seguir predicando, con oportunidad y sin ella, sobre el respeto a la vida humana. A la escuela le toca formar en los valores cívicos y hacer ver a los alumnos que el respeto a la vida está por encima de las costumbres tan apreciadas por el pueblo.
A la autoridad civil le toca hacer verdaderamente justicia y no defraudar la confianza que hayan podido ganarse.
Respeto a la vida significa “no matarás”.
*El padre Sergio G. Román es responsable del Diaconado Permanente de la Arquidiócesis de México.