Cine: Interstellar

• “El amor es la única cosa que trasciende el tiempo y el espacio”

Antonio Rodriguez

Un hombre un tanto demacrado se sienta y enciende un monitor de televisión. Al recibir la señal, un rostro conocido para el aparece y le saluda. “Hola papá” es su hijo un adolescente que emocionado le muestra la fotografía de él acompañado de una chica. En menos de cinco minutos, su hijo ha pasado de ser un joven a un padre de familia cansado y triste que ha tenido que enterrar a su abuelo, que ha visto a su hermana partir y que sigue enviando mensajes a una distancia de años luz que llevan años sin mirarse y sin responderse.

Conforme pasan los mensajes, decenas de horas de ellos archivados. Joseph Cooper -el hombre que llora amargamente- es un astronauta que fue solicitado un día para enlistarse a la aventura. El planeta Tierra no tiene salvación, los científicos ya no buscan una cura para él, buscan un nuevo planeta.

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Ellos se han encargado de crear las naves y la tecnología necesarias para viajar, ahora Cooper junto con su equipo deben encargarse de encontrar un planeta, pero sobre todo recabar toda la información posible sobre los agujeros negros. Solo hay una oportunidad. Cooper es el héroe y el viaje del héroe consiste en abandonar a su familia e intercambiar si o si, cincuenta años de la vida de sus hijos por la vida entera de la raza humana. Ni suena fácil ni lo es.

Interstellar del director Chris Nolan, lleva al público por una de las aventuras más épicas del cine, que tiene sublecturas como la búsqueda de Dios, de la verdad y no debería resultar extraño que se llegue al encuentro del amor, el amor es lo único que trasciende el tiempo y el espacio se dice en algún momento del filme.

Nolan siempre obsesionado con el tiempo en todos sus filmes ocupa la relatividad, los viajes en el tiempo y los agujeros de gusano, para contar una historia sobre un padre y su esfuerzo por lograr que sus hijos tengan un mejor futuro y vida.