Ángelus Dominical
P. Eduardo Lozano QUIENES NACIMOS Y VIVIMOS en grandes urbes como la Arquidiócesis de México, ya tenemos muy poco –más bien nulo- contacto con el campo y todo lo que implican los procesos de producción de alimentos en general; ciertamente nuestros jóvenes y niños saben que las vacas dan leche, pero las han de imaginar […]
P. Eduardo Lozano
QUIENES NACIMOS Y VIVIMOS en grandes urbes como la Arquidiócesis de México, ya tenemos muy poco –más bien nulo- contacto con el campo y todo lo que implican los procesos de producción de alimentos en general; ciertamente nuestros jóvenes y niños saben que las vacas dan leche, pero las han de imaginar como máquinas expendedoras de celofanes y latas, tal vez imaginan que en lugar de pastura, sólo se enchufan a una toma de corriente y hasta producen la leche con sabor a chocolate o a fresa… HOMBRES Y MUJERES que han vivido en el campo, en la montaña, en la lejanía de grandes urbes, tienen acceso –relativamente fácil- a cuántos productos de la tecnología y más bien poco les asombran las novedades; es más: también ellos están pendientes de actualizaciones y acaso hacen hasta lo imposible por mantenerse al día con la última versión del último modelo del último aparato que apareció en el mercado… “GUILLE” SE LLAMA uno de los personajes de la tira cómica “Mafalda”, creada por Quino allá en los años sesenta y que sin duda tendrá vigencia por muchas décadas más; Guille es el hermano menor de Mafalda, va creciendo y alguna de sus primeras palabras coincide con la pregunta llena de ingenuidad y sin que le falte la lógica propia de su edad, pues al investigar cada pieza del ajedrez termina por preguntarse: “¿Pod donde ze le ponen das pidas?”… EN MIS DÍAS DE VACACIÓN también caminé por el campo y la montaña, por sembradíos de tomate y habas, por milpas y trigales, por bosques y zonas semiáridas (¡újule, me faltó una buena playa!); nuevamente la experiencia de la tierra y todo lo que produce, una vez más el recuerdo que inició en la infancia, cuando mis padres me acercaron a sus orígenes campesinos y aprendí el valor (mucho más que el costo) de una tortilla, de un trozo de queso fresco, de frutos ocasionales como los garambullos o de insectos regionales y fascinantes como los chupiros, y algunos hasta comestibles como los chinicuiles, ¡qué delicia!… ME ARRAIGO CADA VEZ MÁS a la convicción de que el futuro nos alcanzará tarde que temprano, y también constato que el pasado puede hacerse cada vez más raro y escaso, hasta corremos el riesgo de cancelarlo por siempre; movido por esta realidad, me atrevo a invitarte a que procures para tus pequeños el mayor número de experiencias con aspectos que podrían parecer sencillos y hasta “innecesarios”: lo mismo manejar un martillo, las pinzas o el desarmador que cultivar en tierra llana o en maceta, lo mismo ensuciarse pintando y/o reparando un mueble o procurar la experiencia de encender una fogata y cocinar en medio del campo, lejos de licuadoras y estufas, sin hornos de micro-ondas ni nada que necesite enchufarse… DOMINGO A DOMINGO recitamos la confesión de nuestra fe que toma su nombre del latín y la llamamos “Credo”: no es una oración ni es plegaria, es la síntesis de todo lo básico y central que hemos de creer para decirnos católicos; y lo primero que afirmamos es a Dios como Padre y Creador, pero poco caemos en la cuenta que eso implica que nosotros somos hijos y creaturas, somos su familia y hemos de ser creativos… MIENTRAS ESCRIBO alguien se da cuenta que utilicé la palabra “chupiro” y me pregunta: “¿qué eso que ni en el diccionario de la lengua española aparece?”; me pongo a investigar un poco y me percato que junto con la palabra “niño” –con infinidad de sinónimos- la palabra “luciérnaga” es la que más variantes regionales tiene, pues también se le conoce como pirilampo, arlomo, bacusaguí, cucayo, cocuyo, copeche, chuperete, chilasca, tachinole, chupamecha, bichuchico, alumbrador, coperchi, chupiritete, manticuil, muscaque, santiaguillo, reluzangana, tahuinche, candilico, miñoca, yuyú, candelilla, prendeyapaga y hasta chupiro, entre otros… HEMOS DE PARECERNOS a Dios Padre y en eso de ponerle nombre a las cosas, a los animales y a todo lo que hacemos, a lo que inventamos, a todito lo que nos rodea, pues parece que vamos de gane; me viene a la memoria lo que hizo Adán antes de que se le diera a Eva, ¿y qué cosa hizo?, pues le puso nombre a todos los animales, pero no encontró una ayuda adecuada para él mismo (Gen 2,20)… ME PONDRÉ LISTO Y ATENTO para que no me coma ni la ciudad con todos sus atractivos, ni las pantallitas con todas sus aplicaciones, ni la automatización con toda su ergonomía, ni el facilismo con toda su banalidad, ni el oportunismo aunque lo pueda justificar, ni la ley de la ventaja con los goles que pueda anotar; más bien buscaré ponerme creativo y no meramente repetitivo, ser original y no una fotocopia más, hacer nuevas las cosas (Ap 21,5) y nunca conformarme con el copy/paste… HE DE COMUNICARTE, amable lector, una noticia muy, pero muy personal; mas no quiero hacerlo a través de estas líneas, sino en vivo y a todo color, cara a cara y en directo; para eso te invito a que asistas el próximo viernes 24 de agosto a la Catedral Metropolitana, a la Eucaristía de las 19 hrs., en donde daré gracias a Dios por los primeros 30 años de mi vida sacerdotal…