12 características del futbolista para aplicar en la vida espiritual
DLF Redacción Ha iniciado la Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018, un evento deportivo que sin duda nos traerá grandes emociones, pero que también nos da la oportunidad de reflexionar en 12 características de los futbolistas profesionales, que podemos aplicar a nuestra vida espiritual: 1. Disciplina. El futbolista profesional no espera mejorar su desempeño por […]
DLF Redacción
Ha iniciado la Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018, un evento deportivo que sin duda nos traerá grandes emociones, pero que también nos da la oportunidad de reflexionar en 12 características de los futbolistas profesionales, que podemos aplicar a nuestra vida espiritual:
1. Disciplina. El futbolista profesional no espera mejorar su desempeño por arte de magia, sino se disciplina a seguir un régimen de alimentación y ejercicio. También en la vida espiritual se necesita disciplina, para ir a Misa, dedicar tiempo a la oración, a la lectura meditada de la Biblia, a hacer obras de misericordia, a la evangelización.
2. Conocer y trabajar puntos débiles y fuertes. El futbolista profesional conoce y busca cómo corregir sus puntos débiles, y reforzar los fuertes. También en la vida espiritual, debemos conocernos, para desterrar vicios y pecados y fortalecer virtudes y buenos hábitos.
3. Total dedicación. El futbolista profesional lo es de tiempo completo, no sólo en el estadio. Al salir de entrenar no se dedica a comer y a flojear. También en la vida espiritual, hemos de portarnos cristianamente, no sólo en la iglesia el domingo, sino toda la vida, en todo momento.
4. Perseverancia. Cuando no obtiene el triunfo a la primera, el futbolista profesional persevera. También en la vida espiritual necesitamos constancia en la oración, en dar buen ejemplo, en ayudar a los demás, en el perdón.
5. Máximo esfuerzo. El futbolista profesional da todo de sí en una Copa del Mundo. No se reserva nada. En la vida espiritual hemos de dar lo mejor a Dios, nuestro máximo esfuerzo, aprovechar cada oportunidad para buscar y cumplir Su voluntad.
6. Competir contra sí mismo. El futbolista profesional se supera sobre todo a sí mismo, mejora su rendimiento sin compararse con los demás. También en la vida espiritual, no hay que sentirse mejor ni peor que otros, sino luchar por superarse uno a sí mismo, con la gracia de Dios.
7. Disfrutar. El futbolista profesional goza el deporte. También en la vida espiritual hemos de valorar y disfrutar dialogar con Dios, ir a Misa, rezar en familia, leer la Palabra, conocer la riqueza de todo lo que nos ofrece la Iglesia.
8. No hacer trampa. (ver 2Tim 2,5). No hay gloria en ganar haciendo trampa. Tampoco en la vida espiritual se puede ganar con sólo aparentar.
9. Solidaridad. El buen futbolista no teme ayudar o aconsejar a otros, aun a sus contrincantes. También en la vida espiritual es esencial tener siempre la disposición de amar y tender la mano a los demás.
10. Humildad. El buen futbolista sabe recibir el triunfo sin vanagloriarse, y la derrota sin desanimarse. También en la vida espiritual, hay que aprender a ponerse en manos de Dios, y aceptar con gratitud y humildad que se cumpla en todo Su voluntad.
11. Ayuda. El futbolista profesional cuenta con su entrenador y su equipo. También en la vida espiritual, contamos con el apoyo de otros: el padre que nos confiesa, nos aconseja, nos alimenta con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía; la familia y nuestra comunidad.
12. Apoyo. El futbolista, en una Copa Mundial, siente a su país con él, apoyándolo, deseando que gane. En la vida espiritual, nos acompañan María y todos los santos, que con su intercesión sostienen nuestro esfuerzo, y desde luego, lo más importante, está con nosotros el Señor, que no sólo nos aguarda en la meta, con el premio prometido, sino nos anima, levanta y sostiene durante todo el recorrido.