Nadie está exento de la violencia por la que está pasando nuestro país. Empresarios, ciudadanos, adolescentes, humildes trabajadores, religiosos, migrantes, hasta políticos y candidatos, han sufrido en carne propia el dolor por las consecuencias de la descomposición del tejido social, que se ve reflejada en el desprecio por la vida humana, la perversión de los valores, el endiosamiento del poder y del dinero, y en el imperio de la impunidad, la maldad y el egoísmo.
Las causas son muchas, una de las más importantes está en las familias, que han dejado de educar a sus hijos en los valores cristianos y humanos, haciendo de la violencia en casa el pan de cada día. También son responsables el Estado, los partidos políticos, las escuelas y varios sectores más, en distintas proporciones.
Sin embargo, la violencia no es privativa de México. Por desgracia, en varios países del mundo estamos viviendo escenarios de violencia desmedida y muerte.
Confiados en que lo que el hombre descompone, Dios lo repara, desde la Arquidiócesis Primada de México estamos convocando al “Rosario por la Paz en el Mundo 2024”, para pedir a Dios, por intercesión de la Santísima Virgen María, el cese de las guerras, y por quienes han perdido la paz o a un ser querido.
Esta iniciativa tiene como objetivo atender el llamado del Papa Francisco para clamar a Dios que se detenga la guerra que sufren varias regiones del mundo, en especial en el Medio Oriente, pero también para que se frene la violencia que prevalece en México, sobre todo, en medio del proceso electoral, que ha sido uno de los más violentos en la historia nacional.
El Rosario por la Paz en el Mundo 2024, que se transmitirá en vivo el 8 de mayo a las 20:00 horas, a través de las redes sociales de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Arquidiócesis de México y Desde la fe, será dirigido por el Arzobispo Primado, Cardenal Carlos Aguiar Retes, y tendrá la participación de monseñor Ramón Castro Castro, secretario general de la CEM, además de los Obispos Auxiliares, sacerdotes, religiosas y laicos de la Arquidiócesis de México.
De manera especial, participarán varias líderes del colectivo de madres buscadoras, así como migrantes que son atendidos en una casa de acogida de la Ciudad de México.
Además del rezo del Santo Rosario, que estamos seguros que reunirá a miles de personas, seguimos exhortando a todos, católicos y no católicos, a hacer vida la máxima de san Benito, en el sentido de que la mejor oración siempre será aquella que va acompañada del respectivo trabajo, haciendo lo que nos toca desde nuestros ámbitos de acción.
Sigamos, pues, aportando con nuestra trabajo a la construcción permanente de la paz, apoyando a las familias necesitadas, trabajando con reclusos para que tengan una reinserción social favorable, con los migrantes y desplazados, en los comedores comunitarios, en asilos, orfanatos, dispensarios médicos, con los pobres.
Sigamos también promoviendo y defendiendo los derechos humanos y laborales, y haciendo presentes los valores cristianos en el ámbito jurídico, mediático, académico, social, en la política; en fin, en todos lados podemos promover la paz duradera, sabiendo que Dios toma como ofrenda nuestro trabajo y escucha nuestra voz, que clama por un país, por un mundo, fraterno y en paz.
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