Así es la Casa museo de María Reiche, la “guardiana” de las líneas de Nazca, Perú
En Nazca, Perú, se encuentra la que fue la casa de la investigadora María Reiche Newman.
En 1994, el museo se inauguró en la casa donde vivió María Reiche Newman, y aquí, en el jardín, se encuentra la tumba de la investigadora que murió en 1998 a la edad de 95 años en Lima. Está también la de su hermana Renata, que fallece en 1995.
Exposición
El museo conserva la habitación en la que vivió María Reiche y en los cuartos de la casa se pueden ver los instrumentos y herramientas originales que ella utilizó en su trabajo de descubrimiento y estudio de las líneas y figuras de Nazca.
Están los mapas y planos originales que ella hizo de las líneas, de las figuras y también vitrinas con piezas arqueológicas y momias de la Cultura Nazca (200 a.C. – 600 d.C.).
¿Quién fue María Reiche?
Nace en Dresde, Alemania, 15 de mayo de 1903. Sus padres Reiche Grosse y Ana Elizabeth Neumann. Fue la mayor de tres hermanos, Renate y Franz. Realizó sus estudios en matemáticas, física y geografía en la Universidad Técnica de Dresde y Hamburgo, donde se graduó en 1928.
En 1932, huyendo de la Alemania nazi y buscando un futuro llega a Perú. En Cusco comenzó trabajando como tutora de los niños del cónsul alemán, pero tiempo después se va a Lima donde ofrece sus servicios como traductora y profesora de inglés y alemán.
Regresa a su país en 1936 y un año después, a fines de 1937, vuelve a Perú. En el marco de la Segunda Guerra Mundial decide establecerse en Lima. Retoma su trabajo de traductora y profesora de inglés y alemán.
En el Tearoom en Lima, una cafetería de encuentro para extranjeros e intelectuales conoce al arqueólogo Julio C. Tello. Se le contrata como restauradora de textiles precolombinos en el Museo Nacional de Perú.
Por su trabajo de traducción conoce las líneas de Nazca, a través de artículos del arqueólogo estadounidense Paul Kosok que descubre existen unos misteriosos geoglifos que databan desde el año 200 a. C. hasta el 700 d.C., y abarcaban más de 500 kilómetros cuadrados en el desierto de Ica.
En 1941, Kosok le propuso ser su asistente, y viajar a la llanura para estudiar aquellas figuras dibujadas en el suelo. A causa de la guerra, la joven alemana tiene que regresar a su país poco tiempo después, pero en 1945 vuelve a Perú, atraída por aquellas líneas misteriosas, en aquel momento indescifrables.
A partir de 1946 y hasta su muerte en 1998, Reiche dedica su vida al estudio e investigación de las líneas de Nasca en un primer momento estimulada por los estudios de Kosok.
Ya en la zona se muda a una choza cercana para estar lo más cerca posible de su trabajo. Al principio, los lugareños desconfiaban de ella, llamándola “bruja” al verla caminar por la arena limpiando algunos tramos, medir y realizar cálculos constantemente. Más tarde, la bautizaron como “la mujer que barría el desierto”.
A lo largo de su trabajo, descubrió que muchas de las figuras y líneas dibujadas tenían relación con el calendario astronómico, concluyendo que hacían referencia a ciclos como el solsticio de verano, así como los cambios climáticos para planificar las cosechas.
En 1949, publica su primer artículo sobre los geoglifos del desierto peruano, titulado ‘Mistery on the desert. A study of the ancient figures and strange delineated Surface’. Tiempo después, en 1974, crea el primer mapa sobre las figuras de Nazca, tras haber medido con métodos muy básicos y pocos recursos y observándolos desde el aire con la ayuda de la Fuerza Aérea Peruana.
En 1992 el gobierno le concede el título de ciudadana honoraria de Perú, y oficializa su nacionalización al año siguiente. También recibió las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta y la Orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz.
En diciembre de 1994, gracias a sus esfuerzos y gestiones, la Unesco decide otorgar a las líneas de Nasca la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Debido a su delicado estado de salud, en los últimos años ocupó una habitación en un hotel de turistas de Nazca, atendida por su hermana Renata, quien siempre la apoyó, que muere en 1995.
En 1998, la Unesco la condecora con la medalla Machu Picchu. Fallece en Lima, el 8 de junio de 1998, tenía 95 años. De manera póstuma el Gobierno de Perú le otorga la Orden al mérito por servicios distinguidos en el grado de Gran Cruz.
En un inicio empezó a trabajar con una escoba, una escalera, cinta métrica y una brújula. Dedicó más de 50 años de su vida a medir 50 figuras geométricas y más de mil líneas, intentando descubrir su significado y convirtiéndose así en la guardiana de las Líneas de Nazca.
A lo largo de su carrera, se enfrentó a numerosos desafíos en la conservación de las Líneas de Nazca. La erosión causada por el viento, el turismo descontrolado y la falta de conciencia sobre la fragilidad del sitio eran solo algunos de los obstáculos a los que se enfrentaba. Sin embargo, ella se mantuvo firme en su compromiso de proteger y preservar este patrimonio único.
La matemática-arqueóloga introdujo nuevas estrategias de conservación para enfrentar estos desafíos. Trabajó en estrecha colaboración con las autoridades locales y organizaciones internacionales para implementar medidas que garantizaran la integridad de las Líneas de Nazca. Se establecieron áreas de acceso restringido, se realizaron investigaciones científicas exhaustivas y se promovió la educación.
Comentario
El museo es muy sencillo, los jardines están bien conservados, pero las salas del museo no. Lo administra una organización de la sociedad civil, que se ve tiene carencia de recursos. Urge una renovación de las salas y de la museografía.
La vida de Reiche dedicada a conocer la Cultura Nazca (200 d.C. – 600 d.C.) en particular las líneas y figuras es notable. Una vez que en 1946 llega a la zona nunca se irá. Todos los días los dedica a esta tarea que fue el sentido de su vida.