¿Existe alguna relación entre las enseñanzas que contiene el evangelio de San Lucas?
Es posible que esta propuesta ayude a algún predicador dominical, pero ambos textos carecen de algún indicio que los relacione entre sí
Continuamos dentro del camino de subida a Jerusalén que abarca, dentro del evangelio de san Lucas,
desde el capítulo noveno hasta el capítulo décimo noveno. Lo que leemos hoy son dos textos distintos
el uno del otro.
El primero de ellos es algo que los discípulos preguntan a Jesús y él responde con una
comparación hiperbólica, es decir, que la respuesta tiene rasgos de exageración. En ella el Señor Jesús
da a entender a los discípulos que su fe es prácticamente nula y si fuera tan pequeña como un grano
de mostaza, serían capaces de hacerse obedecer por un árbol y éste se plantaría en el mar.
La segunda enseñanza no está motivada por preguntas externas y más bien parte de preguntas retóricas,
preguntas cuya respuesta ya sabe quien las formula. Trabajar a base de preguntas retóricas era un
método muy común en tiempos de Nuestro Señor Jesucristo. Por medio de estas preguntas, el maestro
se daba cuenta del grado de madurez del discípulo y podía corregir eventuales errores de juicio.
En este caso Jesús no espera ninguna respuesta y saca la conclusión: en el tema de la retribución, el
servidor debe contentarse con la alegría de haber cumplido la misión y no esperar reconocimientos o
recompensas especiales. El traductor de la Biblia de Jerusalén, versión 1998, sin embargo, propone que
ambas enseñanzas están relacionadas, lo parafraseo de esta manera: “con la poquísima fe que tienen
serán capaces de cumplir la misión encomendada y esto no es mérito extraordinario”.
Es posible que esta propuesta ayude a algún predicador dominical, pero ambos textos carecen de algún indicio que los relacione entre sí.