¿Es correcto mentir?

Leer más
COLUMNA

Columna invitada

Una integración en favor de todos

El papel de la mujer en la Iglesia no es una batalla contra nadie, sino en favor de todos.

8 marzo, 2019

El Papa Francisco ha afirmado que la participación de la mujer en la Iglesia es uno de los desafíos más importantes que debe afrontar la Institución en este siglo XXI.

Hay quienes piensan que mientras que no exista la ordenación sacerdotal para mujeres en la Iglesia, no estaremos nunca en el mismo nivel. Pero el hecho de reservar el sacerdocio a los hombres no es un juicio sobre las capacidades y derechos de las mujeres, del mismo modo que el celibato no es un juicio sobre el matrimonio.

Para la Iglesia, todos los hombres y las mujeres son iguales -decía Chesterton- por idéntica razón que todas las monedas de un penique lo son: lo que da valor a cada uno es llevar grabado el cuño del Rey. La Iglesia reconoce idéntica dignidad por ser todos hijos de Dios. Al mismo tiempo, sería deshonesto ignorar que subsisten y se han de erradicar concepciones machistas dentro de ella.

El papel de la mujer en la Iglesia no es una batalla contra nadie, sino en favor de todos. Reconocemos que, tanto en la Iglesia como en la sociedad, se ha de dar una mayor integración de lo femenino: los puestos de liderazgo confiados a mujeres deberían ser cada vez más habituales.Las peticiones y aportaciones de la mujer pueden ser una fuente de riqueza para todos, por lo que deberían ser tratadas como miembros a pleno título de las estructuras de la Iglesia, y no como invitadas que no han de intervenir en la casa de alguien más.

La Iglesia misma es femenina, el Papa Francisco lo ha dicho recientemente: “La mujer es la imagen de la Iglesia, que es mujer, es esposa, es madre”, y ser madre es mucho más que dar a luz y criar a un hijo: es la clave para la toma de conciencia existencial de quiénes somos.

La criatura más grande que ha existido en el mundo es una mujer. María es ese ideal de plenitud humana al que aspiramos. Ella es la Esclava de Dios, del Creador de todas las maravillas. Quizá la Iglesia que soñamos será aquella que se parezca más a su más perfecto Modelo.

*Marilú Esponda es Directora de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México.