Un adolescente se quitó la vida influenciado por la IA: ¿qué podemos aprender los padres?

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Un adolescente se quitó la vida influenciado por la IA: ¿qué podemos aprender los padres?

El caso de un adolescente que se quitó la vida tras enamorarse de un chatbot abre una pregunta urgente: ¿cómo proteger a nuestros hijos en la era de la IA?

14 noviembre, 2025
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Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México y está certificada como Coach Ontológico por parte del Tecnológico de Monterrey CEM. También tiene una especialidad en Logoterapia por parte del Instituto Mexicano de Tanatología. Instructor y facilitador en temas de desarrollo humano y empresarial, tales como: Sentido de Vida y Trabajo, Inteligencia emocional, Liderazgo, Coaching, Comunicación Asertiva, entre otros. Actualmente es Socia Fundadora de Sensum, empresa especializada en estrategias de sentido para empresas y personas. 

Recientemente, la revista The New York Times publicó una escalofriante historia sobre un adolescente de 14 años, Sewell Setzer, que se quitó la vida influenciado por la IA. Estaba enamorado de un chatbot (programa informático que simula una conversación humana a través de texto o voz), e hizo lo que él creía que lo llevaría hasta ella.

La madre de Sewell, Megan García, presentó una demanda por homicidio culposo en octubre de 2024, la primera presentada ante un tribunal federal estadounidense en la que se acusa a una empresa de inteligencia artificial (IA) de causar la muerte de uno de sus usuarios.

Independientemente de la resolución a la que se llegue durante el juicio que se ha fijado para noviembre del 2026, el caso García se desarrolla en un momento en el que los productos de IA se están extendiendo a una alta velocidad por todo el mundo y están sobrepasando a los gobiernos y sistemas judiciales encargados de regularlos.

Entonces… las preguntas clave serían: ¿se puede responsabilizar a un chatbot del suicidio de un adolescente? La respuesta la tendrán expertos en materia legal, psicológica y tecnológica, sin embargo, en el inter de las conclusiones hay una pregunta que resulta aún más urgente: ¿cómo podemos actuar los padres de familia para evitar que nuestros hijos sean víctimas de este tipo de situaciones?

Las interacciones tóxicas entre el humano y la IA son consecuencia de un problema mayor. Sin embargo, al querer responsabilizar sólo a la tecnología, nos estamos centrando en los síntomas y no estamos atendiendo la enfermedad de raíz.

Es importante entender, ¿qué es lo que motiva a los jóvenes a buscar cierto tipo de contacto con estas herramientas? ¿qué vacíos están buscando llenar a través de ellas? y, sobre todo, ¿qué les está doliendo en el mundo real que los lleva a querer sanar en el mundo virtual?

Casos como éste nos reafirman que “en donde no hay un responsable, todos somos responsables”, y lo somos desde que formamos parte de un sistema familiar, político y social que ha pasado por encima de la educación basada en la ética y los valores.

La base de la sociedad es la familia y somos lo padres quienes cargamos con la mayor responsabilidad de lo que sucede al interior de nuestro hogar y en la salud, física, mental y espiritual de nuestros hijos.  De aquí surgen los cimientos que los sostendrán en el mundo exterior, cuando se enfrenten a las tribulaciones de las nuevas tecnologías y la voracidad en las formas de interacción que existen actualmente.

Desde la mirada de la fe, podemos trabajar también la espiritualidad de nuestros hijos, para acercarlos a Dios y fortalecer su relación con Él. Enseñarlos a orar, a hablarle y encontrar en Jesús muchas de las respuestas que ningún otro tipo de inteligencia podrá brindarles.

Las 3 V’s que debemos recordarles constantemente a nuestros hijos

  1. Lo Valioso que eres para Dios

Un niño que conoce a Dios y se sabe amado por ÉL, será un adolescente confiado, quizá con los miedos naturales y propios de la edad, pero con mayores recursos espirituales para hacerles frente.

Será un joven que lidiará con las tentaciones, pero lo hará desde el temor a ofender a Dios, y a no corresponder a su amor, por encima del miedo a quedar fuera de una sociedad que le exige perder su propia dignidad y esencia para pertenecer a ella.

“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16

Hagámoslos conscientes del amor de Jesús, quien fue capaz de entregar hasta la última gota de su sangre por todos nosotros… ¿por qué dejaríamos que otros, sean humanos o “bots”, tomarán el control de nuestra vida y valía?

“¿Acaso no se venden dos pajarillos por unas cuantas monedas? Aun así, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita, pues aun los cabellos de ustedes están todos contados. Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos”. Mateo 10:29-31

  • Lo Valioso que eres para ti mismo

Dios nos creó a su imagen y semejanza, nos hizo irrepetibles e irremplazables, nos ha llenado de dones y carismas únicos para que los pongamos a su servicio y le demos gloria con nuestras acciones durante nuestro paso por este mundo.

A diferencia de todas las demás creaturas de Dios, nos dio el privilegio de ser sus hijos, nos ha llamado sus amigos. Estamos llenos de evidencias sobre lo mucho que valemos, ¿cómo es posible que nos olvidemos de esto? ¿en qué momento hemos permitido que el mundo nos distraiga y nos arranque esta verdad de nuestra mente y nuestro corazón?

Cuando el niño o el adolescente aprende a conocerse, verse y valorarse desde esta perspectiva, es difícil que se pierda en la búsqueda de sí mismo a través de la aprobación externa, pues sabe que la única validación que necesita es la de Dios y la congruencia consigo mismo.

“Porque tú creaste mi ser íntimo; me tejiste en el vientre de mi madre. Te alabo porque he sido hecho de manera maravillosa y admirable; tus obras son maravillosas, lo sé muy bien.” Salmo 139:13-14

  • Lo Valioso que eres para tus padres

Un estudio realizado por el doctor Ali Binazir, publicado en un blog de Harvard,

plantea que los seres humanos somos la combinación de un espermatozoide y un óvulo concretos y cada madre tiene una media de 100.000 óvulos fértiles durante toda su vida, mientras que el padre generó aproximadamente unos 400.000 trillones de espermatozoides totalmente diferentes, por lo que la probabilidad de nacer de un bebé en específico es de 1 entre 400.000 trillones.

El nacimiento de un hijo es un verdadero milagro, es un vuelco completo en la vida de sus padres, para algunos un camino de larga espera y para otros quizá una llegada inesperada, sin embargo, para todos es un parteaguas en la vida.

El problema es que muchas veces la rutina y la vida acelerada nos impide recordarles con palabras y acciones lo mucho que significan para nosotros y en el afán de cuidar las formas para educarlos y proveerles de lo mejor, nos olvidamos de centrarnos en el fondo y en bridarles lo que más necesitan de nosotros: tiempo, amor y mucha atención.

“Si los descuidas a causa de otras cosas, tanto tú como ellos sufrirán las consecuencias”. Proverbios 29:15

Además de recordarles las 3 V’s de manera constante, puedes crear los siguientes hábitos de comunicación para mantenerlos conectados contigo, antes que con cualquier herramienta virtual en la que busquen suplir tu atención y cariño.

  1. Haz preguntas desde la curiosidad:

Fomenta conversaciones desinteresadas. Trata de hacer preguntas de las que no puedes ni imaginar la respuesta, así es como se fomenta una relación de confianza en la que no hay respuestas inducidas y se descubren posibilidades inesperadas.

  • Evita los juicios:

Escúchalos sin poner etiquetas, desde una actitud de interés genuino por entender sus motivaciones, miedos, inseguridades y anhelos, no para reforzar tus propias teorías y demostrar que tienes razón.

  • Presencia:

Cuando hables con tus hijos enfócate en estar ahí en cuerpo, mente y alma; deja a un lado tu agenda y tu celular. Sólo en el aquí y el ahora somos capaces de ejercer una escucha activa, transmitir confianza y demostrarles lo interesados que estamos en conectar.

  • No corras a aconsejar:

Antes de decirles qué hacer, entiende qué es lo que ellos están viendo y que opciones encuentran en su situación. La ventaja aquí es que tu tendrás una perspectiva que verdaderamente le agregue valor, pues es distinta a lo que ellos ven. Pero si te apresuras a aconsejar, no sabrás cuáles son sus perspectivas y sólo te cerraras en lo que tú ves.

  • Permite que se desahoguen:

Detecta cuando simplemente necesitan un consuelo o desahogo, no siempre esperan que le digas algo, ni que le resuelvas nada. Pregúntales: qué necesitas de mi o cómo te puedo ayudar.

Los hábitos anteriores permitirán que los padres tengamos conexiones auténticas con nuestros hijos, llenas de inteligencia emocional, más allá de la inteligencia artificial.

Aceptemos que de algún modo hemos delegado a la tecnología el cuidado y entretenimiento de nuestros hijos y evitemos caer en este tipo de situaciones fatales.

Más allá de buscar culpables, comencemos por hacer una reflexión profunda sobre qué tipo de comunicación hemos entablado con ellos. Preguntémonos ¿en dónde hemos estado? ¿en dónde hemos puesto nuestro corazón?… ¿será en nuestro trabajo, ambiciones, necesidades?… ¿Qué es lo que Dios espera de nosotros como padres? ¿qué cuentas le entregaremos sobre los hijos que puso a nuestro cuidado?


Autor

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México y está certificada como Coach Ontológico por parte del Tecnológico de Monterrey CEM. También tiene una especialidad en Logoterapia por parte del Instituto Mexicano de Tanatología. Instructor y facilitador en temas de desarrollo humano y empresarial, tales como: Sentido de Vida y Trabajo, Inteligencia emocional, Liderazgo, Coaching, Comunicación Asertiva, entre otros. Actualmente es Socia Fundadora de Sensum, empresa especializada en estrategias de sentido para empresas y personas.