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¿Cómo encontrar el sentido de tu vida? Usa estas cuatro claves

Tu eres libre y responsable para encontrar el sentido de tu vida. Puede ser tan simple o tan complicado como el valor que le quieras dar a una pregunta...

22 septiembre, 2021
¿Cómo encontrar el sentido de tu vida? Usa estas cuatro claves
¿Por qué es tan difícil estar convencidos de que Dios tiene un plan específico para cada uno de nosotros?
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Autor

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México y está certificada como Coach Ontológico por parte del Tecnológico de Monterrey CEM. También tiene una especialidad en Logoterapia por parte del Instituto Mexicano de Tanatología. Instructor y facilitador en temas de desarrollo humano y empresarial, tales como: Sentido de Vida y Trabajo, Inteligencia emocional, Liderazgo, Coaching, Comunicación Asertiva, entre otros. Actualmente es Socia Fundadora de Sensum, empresa especializada en estrategias de sentido para empresas y personas. 

La fórmula para encontrar el sentido de tu vida es: Creer + Poder + Hacer / Voluntad de Dios= Amar y Servir.

Te la explico:

1. Creer: ¿Para qué estoy en este mundo?

Nuestra existencia no es obra de la casualidad, sino de la causalidad. ¿Por qué es tan difícil estar convencidos de que Dios tuvo un plan específico para cada uno de nosotros? Creemos que el sentido de vida es para los grandes héroes de la humanidad, pero no somos capaces de vernos a nosotros mismos con esa misma envergadura.

No existe en este mundo una sola persona que sea igual a otra. Dios nos hizo irrepetibles e irremplazables y a cada uno le dio talentos únicos, que, si bien pueden clasificarse dentro de un mismo tipo de dones y atributos, nadie puede llevarlos a cabo de la misma manera. Por ejemplo, hay cantantes extraordinarios, pero cada uno de ellos tiene una voz única y un estilo imposible de igualar.

Así como fuimos dotados de atributos únicos, también el sentido de nuestra vida es único. Puesto que cada quien será responsable de encontrar en su vida el para qué de su existencia, siendo consciente de que ante una misma circunstancia cada persona tendrá un sinfín de posibilidades para interpretar la situación y para elegir la postura que tomará ante ésta.

2. Poder: ¿Cómo lo lograré?

En este punto debemos darnos un baño de realidad: ¿En dónde estoy parado y a dónde quiero llegar? ¿Qué cambios debo y puedo hacer? ¿Qué recursos tengo para lograrlo y cuáles necesito conseguir?

Es importante estar consciente de mis fortalezas y de mis limitaciones, especialmente de estas últimas para aceptarlas como parte del camino. Una distinción importante es entender cuáles de esas limitaciones son externas y cuáles son internas. Por ejemplo, la edad puede ser una limitación externa (dependiendo del objetivo), sin embargo, el desánimo, la negatividad y la apatía son limitaciones internas. La primera no podemos cambiarla, pero las últimas son perfectamente modificables a partir de nuestra voluntad por mejorar nuestra actitud.

3. Hacer: ¿Qué respuestas me pide la vida en este momento?

Ahora llegamos al punto culminante del que somos responsables: hacer todo lo posible por encontrar el sentido de nuestra vida. A través de acciones congruentes a nuestra misión personal.

No me refiero a esa misión que parece estar escrita en letras de oro: una frase bonita pero impersonal que resulta cumplidora a la hora de responder a la pregunta ¿cuál es tu para qué en esta vida? (mientras de fondo se escuchan arpas y campanitas). Más bien, me refiero al sentido del momento, aquel que nos lleva a hacer lo que debemos de hacer en cada situación y nos permite brindar respuestas plenas de sentido ante la pregunta ¿qué espera Dios de mi ante esta circunstancia? ¿Qué respuestas me está pidiendo la vida en este momento y de qué manera mis decisiones pueden impactar de forma positiva a quienes me rodean?

4. Entre la voluntad de Dios: ¿En qué baso mi voluntad de sentido?

Une tu voluntad a la suya. Debemos de aceptar que como dice el dicho: “Uno pone y Dios dispone”, sin embargo, nuestro deber es perseverar en la fe y en la voluntad de encontrar un sentido a nuestra vida.

Cuando nuestra voluntad no es suficiente y las cosas no salen como lo planeamos, a pesar de haberlo dado todo, ahí es donde entra nuestra fe y confianza para soltar nuestra voluntad y abrir nuestras manos para recibir lo que Dios dispone en nuestra vida. Aceptar el cambio de planes, no claudicar, encontrar el sentido en medio de la adversidad y fortalecer nuestra voluntad para empezar de nuevo.

Ya lo dijo San Agustín: “Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti”.

Resultado:

Los cuatro puntos anteriores dan frutos en una vida orientada a dos aspectos principales: amar y servir. Amar desde la convicción de que el verdadero encuentro con uno mismo se da a partir del encuentro con nuestro prójimo y con Dios. Servir a una causa llena de sentido que encienda cada mañana esa chispa que necesitamos para vivir de forma plena y congruente a la misión que nos fue otorgada desde antes de nacer.

El sentido no te lo puede dar nadie. Tu eres libre y responsable para encontrarlo. Puede ser tan simple o tan complicado como el valor que le quieras dar a la pregunta: ¿Qué respuestas me pide Dios ante cada situación? Ese es el sentido del momento y la suma de todos esos momentos será al final el sentido de tu vida.

 

¿Quién es Marcela Hernández?

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México y está certificada como Coach Ontológico por parte del Tecnológico de Monterrey CEM. También tiene una especialidad en Logoterapia por parte del Instituto Mexicano de Tanatología. Instructor y facilitador en temas de desarrollo humano y empresarial, tales como: Sentido de Vida y Trabajo, Inteligencia emocional, Liderazgo, Coaching, Comunicación Asertiva, entre otros. Actualmente es Socia Fundadora de Sensum, empresa especializada en estrategias de sentido para empresas y personas.

Nota: Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad única del autor y no representan necesariamente el punto de vista de Desde la fe.


Autor

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México y está certificada como Coach Ontológico por parte del Tecnológico de Monterrey CEM. También tiene una especialidad en Logoterapia por parte del Instituto Mexicano de Tanatología. Instructor y facilitador en temas de desarrollo humano y empresarial, tales como: Sentido de Vida y Trabajo, Inteligencia emocional, Liderazgo, Coaching, Comunicación Asertiva, entre otros. Actualmente es Socia Fundadora de Sensum, empresa especializada en estrategias de sentido para empresas y personas.