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Columna invitada

Elecciones 2024 y “la mejor política” para México

Sin lugar a dudas este año 2024 es una oportunidad para construir ciudadanía que mejore nuestros barrios, nuestras ciudades y nuestro país; que ponga en el centro a la persona humana

22 enero, 2024

Estamos viviendo un momento muy importante para nuestro país. Este año 2024 será un año de elecciones que renovarán 20,000 cargos populares en los tres niveles de gobierno, desde la presidencia de la República, el Congreso de la Unión (diputados y senadores), gubernaturas y diputaciones locales hasta presidencias municipales y otros funcionarios.

Ante este reto de buscar un mejor México que elimine radicalmente las condiciones de pobreza y desigualdad, que promueva un desarrollo sostenible y convivencia sociales sin violencia, se desmantele el poder que ha adquirido el crimen organizado, así como la corrupción que se desborda por todas partes, y otros males sociales, es importante buscar “la mejor política” como dice el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti (FT).

Entonces, ¿cómo podemos participar políticamente en este momento importante desde nuestra ética cristiana? Sin lugar a dudas, es a partir de la construcción de la ciudadanía que se puede lograr una participación social y política efectiva, porque ella nos llevará a la edificación del bien común, la paz y la justicia.

Los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, son guías en este actuar ético del cristiano. Por su importancia y pertinencia actual, es necesario profundizarlos para poder vivirlos. El compromiso social emanado de la fe, y que se expresa como “amor político”, es fundamental para la construcción de la paz y el establecimiento de estructuras sociales y políticas que tengan en el centro la dignidad de la persona humana, especialmente los derechos de las personas más pobres y descartadas.

Es importante señalar, que la participación democrática no se agota en el día de los comicios electorales, aunque es un momento fundamental de la democracia y de la sociedad. La vida democrática incluye la participación permanente de todas las personas que viven en una sociedad para la construcción del bien común.

La construcción de ciudadanía es la rehabilitación de la política, que en momentos difíciles actúa por grandes principios y pone el horizonte en el bien común a largo plazo (FT 178). Porque la política no puede someterse a paradigmas tecnocráticos ni a ideologías que no ponen en el centro la dignidad de la persona, que sólo buscan el poder y generan estructuras de corrupción.

Necesitamos, como dice el Papa, una política que piense con visión amplia y que lleve adelante un replanteo integral incorporado en el diálogo. Se trata de una sana política que se logra con la caridad social y política (FT 177).

Sin lugar a dudas este año 2024 es una oportunidad para construir ciudadanía que mejore nuestros barrios, nuestras ciudades y nuestro país; que ponga en el centro a la persona humana y sus derechos especialmente a los más vulnerables; y que haga de cada relación social un espacio para fomentar el desarrollo sostenible, el bien común, la justicia y la paz.

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*Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la Fe.