Palabras hastiadas

Leer más
COLUMNA

Columna invitada

Asustar con el bien

Prevenir o curar una enfermedad con un pequeño piquete, es un doloroso pero pequeño pago para recuperar o preservar la salud, así que asociar lo bueno con un castigo no es nada recomendable.

21 octubre, 2022
Asustar con el bien
Alberto Quiroga

Mi padre, médico de profesión, solía comentar que le molestaba mucho que las mamás de sus pequeños pacientes asustaran a estos con el cuento de “si no te portas bien el doctor te va a inyectar”. Siempre las interrumpía diciendo firmemente que las inyecciones no son un castigo.

Prevenir o curar una enfermedad con un pequeño piquete, es un doloroso pero pequeño pago para recuperar o preservar la salud, así que asociar lo bueno con un castigo no es nada recomendable.

Desafortunadamente, casi sin darnos cuenta, usamos el bien para asustar o castigar. Hay personas que acabaron odiando la lectura debido a que sus maestros los castigaron varias veces con la lectura de un libro y la entrega de su correspondiente resumen. Lo mismo sucedía con las visitas a museos, cuando el profesor castigaba a un infractor pidiéndole que visitara uno y le llevara el boleto y las fichas copiadas a mano.

Así, inconscientemente, nos quedamos con la idea que el bien en muchas ocasiones representa un castigo. Yo he llegado a escuchar varias veces que lo bueno de la vida o engorda o es pecado; y no, la realidad es que lo bueno de la vida no daña, y si bien parece que causa pequeñas molestias al inicio, nos brinda un gran bien al final.

Conocí a una mamá que lamentaba no haber vacunado contra la polio a su hija, quien padecía los efectos de esa enfermedad. Ella le quiso evitar las reacciones de la vacuna, que hubiesen sido temporales, y acabó ocasionando un daño permanente. ¡Cuidado con considerar al bien un mal!

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.