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Acerquemos a los niños al Sagrado Corazón de Jesús

8 junio, 2023

Desde pequeña recuerdo que mi mamá tenía una especial devoción al Sagrado Corazón de Jesús, siempre que hacíamos oración, ella se dirigía a Él con gran amor y confianza. Nos animaba a asistir a las misas del primer viernes de cada mes dedicadas a su Sagrado Corazón. Todas esas enseñanzas quedaron guardadas en lo más profundo de los corazones de mis hermanos y en el mío también. Pienso que fuimos muy afortunados de tener unos papás que nos inculcaron ese amor a Dios, sobre todo con su ejemplo y coherencia en la vivencia cotidiana de la fe.

Hoy como mamá y maestra me doy cuenta de la importancia de seguir transmitiendo ese gran amor de Dios, del que he sido testigo a lo largo de mi vida, pues ante una realidad confusa, agresiva, ruidosa, inconstante, solitaria, indefinida, egoísta, a la que se están enfrentando nuestros niños, adolescentes y jóvenes, es urgente mostrar una forma de vida distinta que ofrezca una verdadera felicidad y que tenga miras de eternidad.

Nosotros sabemos que eso solo lo podemos encontrar en Dios, y por esto es tan necesario ayudar a nuestros niños y jóvenes a conocer y dejarse amar por ese Corazón de Jesús que está a la puerta llamando, para mostrarles el camino, la verdad y la vida que tanto buscan y ansían en lo profundo de sus corazones.

Hoy más que nunca nos corresponde acercarlos a ese Corazón, para que descubran todo lo que hay en Él:  seguridad y verdad, ante la confusión, paz y ternura frente a la violencia y la agresión, silencio ante el ruido, perseverancia y fidelidad ante la inconstancia, compañía frente a la soledad, Amor ante el egoísmo, compasión y misericordia frente la indiferencia y la miseria. Estoy segura de que, cuando lo descubran y se encuentren realmente frente a ese Corazón que late de amor por ellos, querrán permanecer ahí.

Y quizá se preguntarán, ¿ y cómo los acercamos ? Lo primero que les diré es que hay que comenzar por nosotros, adentrarnos en el conocimiento de ese Sagrado Corazón y dejarnos amar por Él, para después amarlo a Él y a los demás. Ése es el mejor testimonio que podemos dar: corazones enamorados del Corazón de Jesús.

En este mes dedicado a Él, quiero proponerles que nos demos un tiempo en nuestra oración para meditar en algunas de las cualidades que podemos encontrar en su Corazón y pedirle que nos enseñe a ponerlas en práctica, para que a su vez sirvan de testimonio para aquellos que están tan necesitados de amor, perdón, generosidad, paciencia, compasión, ternura.

A continuación, les comparto algunas citas bíblicas que pueden ser de ayuda en la oración:

Compasión (Jn. 11, 31-36), Perseverancia ( Mt. 28, 16-20),  Ternura (Sal 103), Eternidad (Col.3, 1-17),

Silencio (Mt. 6, 6-7), Cercanía (Ap. 3, 20) Sencillez (Mt. 11, 28-30), Luz (Jn. 8, 12), Refugio ( 2Sm 22, 2-7),

Transformación (Ez. 11, 19), Compañía (Rom. 8, 31-39).

Deseo que este mes sea una oportunidad para adentrarse en lo profundo de ese Corazón Divino y Humano que late de amor por ti y que esos latidos tengan eco en los corazones de aquellos que te rodean y que quizá necesitan encontrar de nuevo el ritmo para seguir viviendo.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

*Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad de sus autores.

Desde pequeña recuerdo que mi mamá tenía una especial devoción al Sagrado Corazón de Jesús, siempre que hacíamos oración, ella se dirigía a Él con gran amor y confianza. Nos animaba a asistir a las misas del primer viernes de cada mes dedicadas a su Sagrado Corazón. Todas esas enseñanzas quedaron guardadas en lo más profundo de los corazones de mis hermanos y en el mío también. Pienso que fuimos muy afortunados de tener unos papás que nos inculcaron ese amor a Dios, sobre todo con su ejemplo y coherencia en la vivencia cotidiana de la fe.

Hoy como mamá y maestra me doy cuenta de la importancia de seguir transmitiendo ese gran amor de Dios, del que he sido testigo a lo largo de mi vida, pues ante una realidad confusa, agresiva, ruidosa, inconstante, solitaria, indefinida, egoísta, a la que se están enfrentando nuestros niños, adolescentes y jóvenes, es urgente mostrar una forma de vida distinta que ofrezca una verdadera felicidad y que tenga miras de eternidad.

Nosotros sabemos que eso solo lo podemos encontrar en Dios, y por esto es tan necesario ayudar a nuestros niños y jóvenes a conocer y dejarse amar por ese Corazón de Jesús que está a la puerta llamando, para mostrarles el camino, la verdad y la vida que tanto buscan y ansían en lo profundo de sus corazones.

Hoy más que nunca nos corresponde acercarlos a ese Corazón, para que descubran todo lo que hay en Él:  seguridad y verdad, ante la confusión, paz y ternura frente a la violencia y la agresión, silencio ante el ruido, perseverancia y fidelidad ante la inconstancia, compañía frente a la soledad, Amor ante el egoísmo, compasión y misericordia frente la indiferencia y la miseria. Estoy segura de que, cuando lo descubran y se encuentren realmente frente a ese Corazón que late de amor por ellos, querrán permanecer ahí.

Y quizá se preguntarán, ¿ y cómo los acercamos ? Lo primero que les diré es que hay que comenzar por nosotros, adentrarnos en el conocimiento de ese Sagrado Corazón y dejarnos amar por Él, para después amarlo a Él y a los demás. Ése es el mejor testimonio que podemos dar: corazones enamorados del Corazón de Jesús.

En este mes dedicado a Él, quiero proponerles que nos demos un tiempo en nuestra oración para meditar en algunas de las cualidades que podemos encontrar en su Corazón y pedirle que nos enseñe a ponerlas en práctica, para que a su vez sirvan de testimonio para aquellos que están tan necesitados de amor, perdón, generosidad, paciencia, compasión, ternura.

A continuación, les comparto algunas citas bíblicas que pueden ser de ayuda en la oración:



Compasión (Jn. 11, 31-36), Perseverancia ( Mt. 28, 16-20),  Ternura (Sal 103), Eternidad (Col.3, 1-17),

Silencio (Mt. 6, 6-7), Cercanía (Ap. 3, 20) Sencillez (Mt. 11, 28-30), Luz (Jn. 8, 12), Refugio ( 2Sm 22, 2-7),

Transformación (Ez. 11, 19), Compañía (Rom. 8, 31-39).

Deseo que este mes sea una oportunidad para adentrarse en lo profundo de ese Corazón Divino y Humano que late de amor por ti y que esos latidos tengan eco en los corazones de aquellos que te rodean y que quizá necesitan encontrar de nuevo el ritmo para seguir viviendo.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

*Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad de sus autores.





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