¿Por qué seguir a Cristo?
¿Por qué somos católicos? Porque pertenecemos a la Iglesia Católica, la única Iglesia que Jesús fundó
Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.
-¿Por qué tenemos que ir a Misa?, preguntó el adolescente, que quería quedarse en casa el domingo viendo el futbol.
-Porque somos católicos- le contestó su mamá.
-Y ¿por qué somos católicos?- preguntó él.
-Porque ¡somos católicos!, ¡es lo que somos!- le dijo su mamá, que desgraciadamente no supo darle razones sólidas porque o no las sabía o no sabía expresarlas.
El resultado fue que su hijo quedó muy insatisfecho con sus respuestas, y en cuanto se independizó y empezó a ir a la universidad, dejó de ir a Misa y se unió a un grupo de cristianos cuyo servicio religioso le gustaba porque la música era prendida y la prédica también. Años después, insatisfecho con lo que su nueva iglesia ofrecía, que le parecía incompleto, limitado, se puso a visitar otras iglesias y no hallaba en ninguna lo que buscaba. Hasta que un amigo lo retó a investigar la que por ignorancia había abandonado. Así lo hizo. Leyó el Catecismo de la Iglesia Católica, leyó los testimonios de los Padres de la Iglesia (hombres santos y sabios de los primeros siglos del cristianismo, y regresó a la Iglesia, porque descubrió las razones que su mamá debió haberle dado cuando él le hizo aquellas preguntas a las que no supo responder y otras más que se planteó:
¿Por qué somos católicos? Porque pertenecemos a la Iglesia Católica, la única Iglesia que Jesús fundó (ver Mt 16, 13-19).
¿Y por qué seguir a Jesús, si hay otros personajes espirituales famosos como Buda o Mahoma? Porque sólo Jesús es Dios. Lo mostró con todas las señales y milagros que realizó, el mayor de los cuales fue que resucitó, prometió que lo haría y cumplió. Nadie más en toda la historia hizo algo así.
Y ¿cómo sabemos que Jesús de verdad resucitó?
Por incontables testimonios de personas contemporáneas a Jesús.
En los cuatro Evangelios y en Cartas de san Pedro, san Pablo, se afirma claramente que Jesús resucitó, y se menciona incluso cómo y a quién se apareció después de resucitado, gente que todavía vivía cuando fueron escritos estos textos, y que hubiera podido desmentirlos (ver Mt 28,9-10.16-19; Mc 16, 9-14; Lc 24, 13-48; Jn 20, 11-21, 24,30; Hch 2, 22-24; 1Cor 15, 3-8; 1Pe 3, 18-22). Y quienes describen las apariciones de Jesús Resucitado mencionan que lo tocan, que come con ellos; usan un lenguaje claro, no simbólico. Además, cabe hacer notar que cuando las mujeres dijeron a los apóstoles que Jesús resucitó, no les creyeron, pero cuando lo vieron resucitado, tuvieron un cambio radical de actitud, pasaron de la incredulidad y del terror que los había hecho esconderse, a la certeza y la valentía de salir a ser Sus testigos, y estar dispuestos a dar su vida por Él.
También contamos con el poderoso testimonio de la Sábana Santa, la sábana que envolvió el cadáver de Jesús en el sepulcro. Tiene marcas que produjo una radiación intensísima que emanó del propio cuerpo, marcas que revelan que en ese instante el cuerpo estaba ingrávido, es decir, flotando en el aire (pues si hubiera seguido acostado se hubieran impreso con más intensidad en la parte inferior, por el peso, pero no es así). También tiene marcas de sangre (por espinas clavadas en la cabeza; ciento veinte marcas de cuarenta azotes dados con un flagelo triple; golpes varios; caídas que lastimaron las rodillas; llagas en las muñecas y los tobillos que fueron traspasados por clavos, y una herida en el costado), que nos hablan de Su sufrimiento atroz y Su muerte, en notable contraste con la serenidad y paz de Su rostro. Es sin duda una ‘instantánea’ del momento de la Resurrección y un poderoso testigo. Dice el Evangelio que cuando Juan entró al sepulcro, “vio y creyó”, claro, él había ayudado a envolver a Jesús en la sábana y fue un impacto verla tal como la habían dejado cuando cubría el cuerpo de Jesús, pero ¡vacía!
Éstas son apenas dos de muchas razones que este joven encontró y que fortalecieron su fe en Jesús y su pertenencia a la Iglesia Católica. Conoce otras más en bit.ly/3G1geqm