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2017, un año con la marca de la juventud

DLF REDACCIÓN Con la XXII Peregrinación Anual de la Arquidiócesis de México a la Basílica de Guadalupe, realizada el 14 de enero, la Iglesia que peregrina por la Ciudad de México inició formalmente sus actividades del 2017. Como ya es tradición, el recorrido inició en la Ex Glorieta de Peralvillo y concluyó a los pies […]

DLF REDACCIÓN

Con la XXII Peregrinación Anual de la Arquidiócesis de México a la Basílica de Guadalupe, realizada el 14 de enero, la Iglesia que peregrina por la Ciudad de México inició formalmente sus actividades del 2017. Como ya es tradición, el recorrido inició en la Ex Glorieta de Peralvillo y concluyó a los pies de la “Morenita del Tepeyac”, a quien fueron encomendados todos los planes, proyectos y actividades del año, tanto por parte del Card. Norberto Rivera Carrera, como de sus Obispos Auxiliares, presbíteros, religiosos, religiosas, seminaristas y fieles laicos comprometidos.

En esta ocasión, fueron los seminaristas quienes llevaron en andas las imágenes de la Virgen de Guadalupe y san Juan Diego, para darle a la peregrinación un sentido vocacional, como lo pidió el Papa Francisco, y atención a la constante preocupación del Sr. Cardenal en el sentido impulsar las vocaciones a través de la oración y la acción.

Tras encomendar a la Virgen de Guadalupe las Orientaciones Pastorales 2017, el Card. Rivera Carrera –ahora Administrador Apostólico de la Arquidiócesis–, llamó a la comunidad a implementar programas que respondiesen a las prioridades pastorales, y a construir, mediante la formación específica, equipos eclesiales para la mejora paulatina de las parroquias, con el fin de acompañar las distintas etapas de la vida matrimonial y familiar, y especialmente con el objetivo de ir al encuentro de las nuevas generaciones en sus propios ambientes.

Juguetes, alegría y diversión, para el arranque de año
A nombre de “El Juguetón”, el 6 de enero el Card. Norberto Rivera Carrera obsequió juguetes a los niños que asistieron a la Catedral Metropolitana de México con motivo de la Epifanía, conocida también como la fiesta de los Reyes Magos. Largas filas de niños y niñas, acompañados de sus padres, desfilaron ante el Altar de los Reyes, donde recibieron los obsequios, y donde las sonrisas proliferaron alegrando el recinto catedralicio más importante de México. Una felicitación especial por parte del Card. Rivera recibió el periodista Jorge Garralda, principal promotor de “El Juguetón”, proyecto que en 2018 cumplirá 23 años en acción.

Niñopa, nueva Mayordomía a la luz de Cristo
Como es tradición en la Fiesta de la Candelaria, el 2 de febrero, en la Parroquia de San Bernardino de Siena, Xochimilco, se llevó a cabo el cambio de Mayordomía del Niñopa, acto que se realizó mediante la celebración de una Santa Eucaristía presidida por el Card. Rivera. Recibido con emotivas muestras de cariño por la comunidad xochimilquense, el ahora Administrador Apostólico de la Arquidiócesis externó que sólo con luz es posible admirar la belleza de este mundo que Dios creó, ver sus más variados colores; pero es más necesaria la luz de Cristo, a fin de poder ver bien el rostro de las demás personas, hechas a imagen y semejanza del Creador, para no atropellarlas ni pasar encima de ellas.

Miércoles de Ceniza, un llamado a alcanzar la estatura de Cristo
Para dar inicio a la Cuaresma –tiempo de gracia en el que los fieles católicos se preparan para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús–, el 1 de marzo el Card. Rivera presidió la celebración del Miércoles de Ceniza en la Catedral Metropolitana, donde llamó a toda la comunidad a tener nuevas obras de justicia y amor para con el prójimo, y a celebrar la muerte y resurrección del Señor, no como un acontecimiento del pasado, sino como algo que vivimos en la actualidad para que Cristo crezca en nosotros, y para que nosotros alcancemos la estatura de Cristo.

Semana Santa
Domingo de Ramos, el sentido del dolor

El 9 de abril, en Catedral, el Card. Rivera presidió una Misa en conmemoración del Domingo de Ramos. En su homilía, dijo que la Pasión de Jesús es el núcleo del Evangelio, pues nos descubre al Amor más grande, al que nos llevará a enfrentar situaciones dolorosas. En este sentido, citó el caso de un joven que siempre andaba de fiesta en fiesta, hasta que fue herido por una bala. “Un día me animé a ir a su casa –dijo–, y lo encuentro gozoso; le dije: ‘No finjas, expresa todo lo que traes dentro’. Me dijo: ‘Estoy feliz. Antes no encontraba el sentido de mi vida, por eso andaba de pecado en pecado, y nada me satisfacía; ahora he encontrado el sentido de mi vida’. Pareciera absurdo, pero Jesús nos puede llevar a encontrar sentido a ese dolor que ciertamente hallaremos en la vida”.

Jueves Santo, signo del amor y del servicio

El Jueves Santo, al presidir la Misa por el Memorial de la Cena del Señor –con la que la Iglesia recuerda que Jesús instituyó la Eucaristía y el orden sacerdotal–, el Card. Rivera explicó que la Pascua fue un rito que Jesús celebró con sus padres, y posteriormente con sus discípulos, cuyo significado cambió el día en que iba a ser entregado: “Tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: ‘Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes, este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía”. Como es tradición, al término de esta Misa, el Cardenal realizó el rito del “Lavatorio de los Pies” con doce estudiantes del Seminario, reviviendo así el gesto de amor y servicio que Jesús tuvo con sus apóstoles en la Última Cena.

Viernes Santo, dolor y gloria

El Viernes Santo, se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana el rito de la Adoración de la Cruz, mediante una ceremonia solemne encabezada por el Card. Rivera quien, en compañía del Cabildo Metropolitano, sacerdotes y seminaristas, entró en silencio al recinto para postrarse ante el altar sin cruz, sin candeleros y sin mantel. Durante la Misa, el Sr. Cardenal dijo que debemos contemplar la Cruz con dolor, pero también llenos de gloria, pues no sólo es el leño donde estuvo clavado Cristo, sino el leño sobre el cual Cristo reinó.

Vigilia Pascual, la anhelada luz de Cristo

Al presidir la Vigilia Pascual en Catedral, el Card. Rivera recordó a los fieles que durante el Sábado Santo la Iglesia se une junto al sepulcro del Señor meditando su pasión y muerte, sin celebrar el Santo Sacrificio de la Misa. “Hoy, la Vigilia Pascual nos inunda con la densa presencia del Señor resucitado –dijo durante la homilía–, que emerge con toda su fuerza desde las honduras de la muerte para arrastrar tras de sí a todos los que han de participar en la vida eterna”. Explicó que esta celebración nos compromete a defender la luz de Cristo con nuestras palabras y obras.

La noticia más importante de todos los tiempos

Al celebrar la Santa Misa el Domingo de Resurrección, el cardenal Rivera dijo que la noticia más importante que el hombre haya podido escuchar y conocer jamás, es que ha resucitado Nuestro Señor Jesucristo, quien sufrió todo un sinfín de tormentos hasta morir en la cruz del Gólgota, para el perdón de nuestros pecados. “¡Aleluya! Demos gracias al Padre porque Jesús ha vencido a la muerte, y con esa victoria también nosotros la venceremos y podremos disfrutar algún día, con Él y con todos los santos, de las moradas que nos tiene preparadas en el cielo”.

A cien años de las apariciones de la Virgen de Fátima
Con una Misa Solemne en Catedral Metropolitana, presidida por el cardenal Rivera, la Arquidiócesis de México se unió a los festejos mundiales por el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima, en Portugal. Al inicio de la Misa, la imagen de la Virgen entró en procesión por el pasillo central, para ser colocada en el presbiterio donde se encontraban ya las reliquias de segundo grado de los pastorcitos Jacinta y Francisco, dos de los tres niños videntes de las apariciones de la Virgen, quienes fueron canonizados ese día en el Santuario de Fátima por el Papa Francisco.

Lamentable suceso
El 15 de mayo, el P. José Miguel Machorro fue víctima de un brutal ataque con arma punzocortante, perpetrado por un individuo originario de San Luis Potosí, de nombre Juan René Silva Martínez, quien se dirigió al Altar del Perdón de la Catedral Metropolitana cuando el sacerdote terminaba de celebrar una Misa y, por motivos que aún se desconocen, arremetió contra él hiriéndolo de gravedad.

Inmediatamente después de ser apuñalado, el sacerdote recibió los primeros auxilios y fue trasladado en un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina al Hospital Ángeles Mocel, donde, superada la emergencia inicial, comenzaría a recuperarse lentamente.

Más de un mes después, el 20 de junio, personal de este nosocomio dio a conocer que el sacerdote por fin había podido salir de la Unidad de Cuidados Intensivos y había sido trasladado al Área de Cuidados Intermedios, aunque sus problemas de salud no estaban del todo resueltos; debía ser rehabilitado neurológica y pulmonarmente, y, aun así, existía una gran posibilidad de que quedara con una incapacidad motriz y respiratoria de manera permanente.

Finalmente, después de un largo y doloroso proceso de recuperación, en el que registró severas recaídas, el sacerdote sería declarado con muerte cerebral, y partiría a la Casa del Padre el 3 de agosto, minutos después del mediodía.

Nueve nuevos sacerdotes
El 3 de junio el Card. Rivera ordenó en Basílica de Guadalupe a nueve sacerdotes para la Arquidiócesis de México. Sobre este acontecimiento de gracia para la Iglesia capitalina, el P. Abel Tapia, Comisionado para el Diaconado Transitorio, dijo que siempre es un gran gozo saber que, “a pesar de lo que se diga de nuestros queridos jóvenes en el sentido de que hoy viven en un profundo egoísmo, hay aún quienes digan ‘¡Sí quiero!’; se necesitan más vocaciones; sin embargo, más que la cantidad, importa la calidad, calidad en santidad y en esmero para servir a Dios”.

Semanas más tarde, el Card. Rivera ordenaría a 24 nuevos diáconos, 12 de ellos transitorios; es decir, con posibilidad de ser ordenados sacerdotes posteriormente. La Misa de ordenación diaconal tuvo lugar el 24 de junio, también en la Basílica de Guadalupe.

Mons. Antonio Chedraoui, Q.E.P.D.
El 14 de junio fue llamado a la Casa del Padre Don Antonio Chedraoui, Arzobispo Metropolitano de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía para México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, un gran líder religioso no sólo en nuestro país y en América Latina, sino en latitudes de Europa y Asia. Cercano a patriarcas de iglesias orientales y a otros líderes religiosos de Oriente Medio, fue una voz autorizada en favor de la paz en la región, principalmente en todo lo relacionado con su natal Líbano. Por su cercanía con la Iglesia Católica, entabló una sincera amistad con el cardenal Rivera, y fue integrante fundador del Consejo Ecuménico de México, y de otras importantes instituciones como la Academia Nacional de Historia y Geografía.

Petición especial por México, en Corpus Christi
En compañía de sus Obispos Auxiliares, presbíteros, religiosos, religiosas y seminaristas, el Card. Rivera acudió a Plaza Tlaxcoaque, donde presidió la Santa Eucaristía previa a la procesión anual que, con motivo de la solemnidad del Corpus Christi, realiza el pueblo fiel capitalino, partiendo de este punto de la Ciudad para llegar a Catedral. Durante su homilía, el Card. Rivera pidió a Nuestro Señor voltear la mirada “hacia nuestro México que vaga inseguro entre tantas interrogantes; hacia el hambre física y espiritual, y hacia el tormento de tantos hermanos nuestros”.

Sacerdote libró la muerte
A inicios de julio fue perpetrado un nuevo ataque contra un sacerdote, esta vez el mal momento fue para el P. Juan Botello Barrios, encargado de la Parroquia Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, quien vivió momentos de verdadera angustia, mismos que compartió con el P. Juan Pablo y un colaborador del templo ubicado en la Delegación Iztacalco. Los atacantes ingresaron a la iglesia con toda la intención de asesinarlo, al confundirlo con alguien más. Tan convencidos estaban ambos sacerdotes de que morirían, que uno al otro se dieron la absolución. Pero a punto de cometer el crimen, los atacantes se percataron de que el sacerdote no era la persona que buscaban, y se marcharon huyendo a bordo de un auto.

XV Aniversario de la canonización de san Juan Diego
Sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y feligreses se congregaron el 31 de julio en la Parroquia Santa María de Guadalupe, Capuchinas, para celebrar el Decimoquinto Aniversario de la Canonización de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin. La ceremonia estuvo encabezada por el Card. Rivera, quien arribó al recinto acompañado por el Obispo Auxiliar de la I Vicaría Episcopal, Mons. Florencio Armando Colín. Durante el acto, el Card. Rivera se dirigió a la Ermita de San Juan Diego para rendir honor al santo patrono de los floristas y los floricultores, para después dar un mensaje respecto a la figura del primer santo indígena: “En san Juan Diego –dijo–, sentimos profundamente la expresión de Jesucristo: ‘Te doy gracias, Señor, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla’”.

Luego de esta celebración, el Card. Rivera presidió una Santa Eucaristía en Basílica, en cuya homilía explicó que el proceso de canonización del indígena macehual fue largo, como todos los procesos de canonización, pues se basó en una gran investigación a todos los niveles: científico, histórico, teológico, filosófico, bíblico, eclesiológico y otros más; “pero todo era necesario a fin de lograr la madurez y profundidad a la que se llegó y, de esta manera, hacer que brillara la luz de la Verdad”.

Pide el Card. Rivera tender la mano a los migrantes
Con motivo del Día del Migrante, que cada año celebra la Iglesia, varios embajadores, cónsules y personal diplomático de distintos países asistieron a la Santa Misa que en Catedral Metropolitana presidió el cardenal Rivera, quien, durante la homilía, llamó a los asistentes a tender la mano a todo aquel hermano que, por sus necesidades económicas o políticas, ha tenido que dejar su país de origen. Por su parte, el embajador de Haití, Guy Lamothe, recordó que, al hablar de migración, hablamos de seres humanos que quieren vivir mejor en la búsqueda de nuevas oportunidades.

19-S
Los movimientos telúricos

Con la bandera izada a media asta en el mástil superior de la Catedral de México, en señal de luto por las personas que perdieron la vida en el suroeste del país a causa del sismo registrado el 7 de septiembre, el cardenal Rivera pedía a la comunidad solidarizarse con los damnificados de aquella región. Sólo unos días después, el 19 de septiembre, se registraría otro movimiento telúrico, éste de mayores dimensiones, y con consecuencias catastróficas para los habitantes de la Ciudad de México, donde se desplomaron varios edificios, incluido el Colegio Enrique Rébsamen, entre cuyos escombros quedaron atrapados varios niños, muchos de los cuales fallecieron.

Colegio Enrique Rébsamen

El miércoles 20 de septiembre, el Card. Rivera, como guía de la Iglesia que peregrina por la Ciudad de México, se dirigió a las instalaciones de la escuela Enrique Rébsamen, donde seguían atrapados bajo los escombros varios niños de prescolar y primaria. Ahí informó, en entrevista a una televisora, que ya trabajaba en coordinar, junto con los Obispos de la Ciudad, diversas labores para acercar ayuda a los lugares más afectados por el movimiento de la tierra. “A nosotros, lo que más nos interesa ahora es ayudar a aquellas gentes que tienen alguna urgencia, a aquellas gentes que necesitan un medicamento, o que necesitan algún alimento o ropa”, señaló.

Labor expedita de Cáritas-Arquidiócesis de México

El P. Enrique Maldonado, Presidente de Cáritas-Arquidiócesis de México, dio a conocer rápidamente las acciones destacadas de la asociación en beneficio de las personas damnificadas por el terremoto, entre las que sobresalen el envío expedito de más de 200 toneladas de víveres a distintos puntos de emergencia, tanto en la Ciudad de México como en Morelos, Oaxaca y Chiapas. El sacerdote agradeció sentidamente “la generosidad que la gente desplegó al salir a las calles a ayudar, mostrando un gran corazón”.

Destacada labor de la VI y VIII Vicarías

En atención a la petición que el Card. Rivera hizo a las Vicarías Episcopales de la Arquidiócesis de México, en el sentido de atender la emergencia ocasionada por los terremotos, el Diácono Dennis Herington, Comisionado de la Pastoral Social de VI Vicaría “San José”, dio a conocer el arduo trabajo realizado por la Iglesia de esta zona pastoral. Señaló que en Santa Rosa Xochiaca, la zona más afectada de la Vicaría, se apoyó inmediatamente con despensas, lonas, picos, palas, carretillas y otras herramientas; “además de colaborar en las tareas de esta zona de la capital, todos los días hemos enviado comida, agua, cobijas, ropa y medicamentos a municipios afectados de Morelos, como San Rafael, San Francisco, Axochiapan, Hueyapan, Jonacatepec, Yecapixtla, Cuautla, Tepalcingo, Yautepec, Tetela, Huejotzingo, Izúcar de Matamoros, Atlixco, San Nicolás Autlán, Colucan, San Pablo Ixtépec, Santa Inés Cuautla, Chinameca y Xochitepec”.

En cuanto a la ayuda brindada por la VIII Vicaría durante la emergencia, cabe señalar que el P. Jesús Alejandro, Vicario de la Parroquia San Bernardino de Siena, apenas pasado el sismo, se dio a la tarea de organizar la ayuda en la zona pastoral, con el apoyo del diácono Beni Bertrand, de alumnos del Seminario Conciliar de México y de jóvenes escultistas, logrando concentrar en una primera etapa una extraordinaria cantidad de víveres, y en una segunda, formando paquetes de despensas que inmediatamente comenzaron a llevar a los damnificados a bordo de camionetas, o de bicitaxis cuando se requería acceder a rincones complicados de la zona, de manera que no quedara nadie sin ayuda.

Rosario Viviente, por las víctimas

Ya en octubre, integrantes de las ocho Vicarías Episcopales de la Arquidiócesis de México se dieron cita en la Basílica de Guadalupe para poder participar en el XXVI Rosario Viviente, que fue dedicado a todas las víctimas del sismo del 19-S. En las intenciones se pidió a la Morenita del Tepeyac su intercesión para que los fallecidos encuentren el descanso eterno, para que sus familiares tengan fortaleza ante la pérdida y para que Dios bendiga a todas las personas que mostraron su solidaridad con quienes resultaron afectados. Al final del Rosario Viviente, Mons. Armando Colín, Obispo Auxiliar de la I Vicaría, elogió el trabajo de los jóvenes, quienes se volcaron en ayuda a los damnificados, comprometidos “hombro con hombro”.

Las flores de la esperanza

El 12 de octubre, al presidir la tradicional Misa de la Bendición de las Rosas, el Card. Rivera señaló que los terremotos sacaron lo mejor de los mexicanos, una fuerza enorme de la que el mundo fue testigo, una gran solidaridad, una actitud a favor de los damnificados, que surgió del alma y de la esencia del pueblo de México, “pero especialmente de los jóvenes, quienes manifestaron su gran amor en el rescate de tantas víctimas”. Subrayó que los jóvenes, con su enorme fe e inquebrantable voluntad de ayudar, hicieron crecer flores de esperanza, de solidaridad en el amor. Aseguró que nuestra tierra bendita está en buenas manos, porque “está en manos de jóvenes dispuestos a entregar su vida por los demás”.

Enfermos y ancianos en peregrinación a la Basílica
El 14 de octubre, un numeroso grupo de enfermos y ancianos llegó a la Basílica de Guadalupe en peregrinación, en compañía de voluntarios, médicos y enfermeras de la Orden de Malta-México. A su arribo, fueron recibidos por el Card. Rivera, quien presidió una Santa Eucaristía en la que dirigió al contingente unas palabras de aliento. Externó que, en los momentos más complicados de la enfermedad, uno llega a sentirse solo, herido por Dios, abandonado por Él, y entonces la única salida es la que tomó Jesús en los momentos de mayor soledad, sabiendo que había cosas que no comprendía: “’Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu’; es esta la única manera de vencer la tentación de sentirnos abandonados por Dios”.

Las “aves de mal agüero”
Del 21 al 23 de noviembre se llevó a cabo, en las instalaciones del Seminario Conciliar, casa Huipulco, la reunión Diocesana Anual, cuyo objetivo fue conocer y valorar el proceso pastoral post-sinodal en su conjunto, e iluminar el desarrollo de una nueva etapa de la Misión Permanente. En su mensaje a Obispos Auxiliares, presbíteros, religiosos, religiosas y representantes de movimientos laicales, dijo que, a las difíciles realidades sociales de la actualidad, se suma ahora la presencia de “aves de mal agüero”, que quieren arrancarnos la esperanza; “sin embargo, podemos ver esto como un punto de arranque, para organizarnos en torno a la dignidad del ser humano, en torno a valores que nos dignifiquen y nos hagan crecer”.

Nuevo Arzobispo Primado de México
El 7 de diciembre la Santa Sede dio a conocer que el Papa Francisco había aceptado la renuncia del Card. Rivera como Arzobispo Primado de México, y en su lugar había nombrado al Card. Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlanepantla hasta antes de su designación, como lo dio a conocer L’Osservatore Romano. El Card. Rivera había interpuesto su renuncia ante el Papa el pasado 6 de julio, al cumplir los 75 años de edad, como lo establece el Derecho Canónico, sin que esto lo desanimara a seguir trabajando con el mismo ahínco para su amada Iglesia en los meses subsecuentes. La Arquidiócesis de México le agradeció sus 22 años de servicio al frente de esta Iglesia particular, así como los innumerables frutos de su trabajo, su firmeza en la fe y su valor para defender la verdad. Al mismo tiempo, la Iglesia que peregrina por la Ciudad de México saludó con alegría la decisión del Papa de designar al Card. Aguiar Retes como nuevo Arzobispo Primado.

Fiesta litúrgica de san Juan Diego
Con danzas, cantos y todo tipo de representaciones artísticas, el 9 de diciembre en la Antigua Parroquia de indios de la Villa del Tepeyac, fue celebrada la fiesta litúrgica de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin. El centro de la celebración fue una Santa Misa presidida por el Card. Rivera, quien, ahora como Administrador Apostólico de la Arquidiócesis, señaló que, en nuestra realidad actual, se requieren seres humanos tocados por el mensaje de amor del Acontecimiento Guadalupano, una civilización enraizada en el verdadero Dios, por quien se vive.

486 Aniversario del Acontecimiento Guadalupano
Los jóvenes

Como cada año, durante los días 11 y 12 de diciembre se registró un arribo masivo de peregrinos nacionales e internacionales a la Basílica de Guadalupe, en el marco de los festejos por el 486 Aniversario de las apariciones de la Morenita del Tepeyac. Y en este año, cuya marca han sido los jóvenes, por su gran valor y actitud solidaria, varios de ellos acudieron a la Basílica a ver a la Virgen para agradecerle por uno u otro motivo, para pedirle su intercesión por alguna necesidad o simplemente para dirigirle unas palabras nacidas del corazón.

“Las Mañanitas” a la Guadalupana

En el primer minuto del 12 de diciembre, miles de personas entonaron para la Guadalupana “Las Mañanitas”, llenando la Basílica de Guadalupe con sus voces cantoras, y sus sentidos agradecimientos por que hoy México está de pie. Tras el canto de “Las Mañanitas”, fue celebrada la Misa solemne, presidida por Mons. Pedro Tapia, quien recordó la participación de incontables jóvenes durante la emergencia ocasionada por los sismos de septiembre. “¡Que la historia proclame a esta generación de jóvenes, bendita entre las generaciones!”, exclamó.

Misa de las Rosas

El Card. Rivera presidió al mediodía del 12 de diciembre la tradicional Misa de las Rosas; en su homilía, aseguró que el Acontecimiento Guadalupano es una perfecta inculturación, que nos libra de todo engaño, traición, mentira o falsedad, que nos quita toda idolatría y error. Explicó que, aunque la Virgen habló en náhuatl con el vidente san Juan Diego, y tomó características indígenas, Ella es madre de todos los pueblos, de todas las naciones y de todas las estirpes, como portadora de un mensaje cuyo centro es su amado Hijo Jesucristo.