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COMPRENSIÓN DEL EVANGELIO
   EDel santo Evangelio según san Lucas (13, 1-9)
n aquel tiempo, algunos hombres fueron a Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arre- ver a Jesús y le contaron que Pilato había pienten, perecerán de manera semejante”. Entonces les mandado matar a unos galileos, mientras dijo esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plan- estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús tada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encon- les hizo este comentario: “¿Piensan uste- tró. Dijo entonces al viñador: ‘Mira, durante tres años
des que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y
más pecadores que todos los demás galileos? Cierta- mente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murie- ron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de
no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?’ El viñador le contestó: ‘Señor, déjala toda- vía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré’ ”. Palabra del Señor.
       COMENTARIO Por P. ÓSCAR ARIAS
¿Qué nos enseña el Evangelio sobre la tragedia en Querétaro?
@desdelafe
a nuestras familias, son como nosotros y no han sufrido esas inclemencias de la guerra por que sean mejores o peores que nosotros; por eso, la necesidad ur- gente de convertirse.
Me gustó mucho el documento de Apa- recida, la reflexión de los Obispos de Amé- rica Latina y el Caribe, del año 2007 en Brasil, que habla sobre la necesidad de esta Iglesia particular, de renovarse desde las estructuras más altas; los mismos obispos señalan la necesidad de ‘conver- sión’: “nos encontramos ante el desafío de revitalizar nuestro modo de ser católico y nuestras opciones personales por el Señor, para que la fe cristiana arraigue más profundamente en el corazón de las personas y los pueblos...” (Documento de Aparecida no. 13).
Es así que estamos todos llamados urgentemente a la conversión de nuestra vida hacia Jesús y quienes estamos más cerca de la actividad y comunidad parro- quial, somos desafiados a revitalizar nues- tra fe, como los Obispos nos invitan en esta Cuaresma en la Arquidiócesis de México, ya que aquellos que han sufrido las más recientes calamidades, no ha sido por pecadores o injustos. Todos debemos estar preparados para el momento de nuestro encuentro final con Cristo que, por cierto, renovaremos especialmente en la próxima la Pascua de Resurrección, meta del ejercicio Cuaresmal y prepara- ción de la Pascua eterna, donde por fin podremos contemplar Su rostro glorioso.
         E l evangelio del III domingo de Cuaresma nos presenta a Jesús, que tras un largo recorrido a pie de Galilea a Jerusalén, unos 142 kilómetros, se pone a predicar ante una muchedumbre segu- ramente cerca del templo, que se reunía incluso a comentar los últimos aconteci- mientos que a todos habían asombrado, entre ellos: que Pilato había mandado matar a otros Galileos, mezclando su san- gre con la misma de los sacrificios que estaban ofreciendo, seguramente unos judíos radicales. Jesús aprovecha para decir que aquellos Galileos no son dife- rentes de los que están escuchando. Se presenta otra noticia escandalosa: se ha derrumbado una Torre (en Siloé) y mató a 18 personas; Jesús aprovecha para sos- tener que no eran personas diferentes a su auditorio. Con todo esto, el capítulo 13 de San Lucas se convierte en una impe- rante y urgente necesidad de conversión, que propone las noticias más recientes
como una oportunidad de mencionar que hemos de estar preparados, todos por igual, ya que las personas que sufrieron la tragedia y terminaron muertos no son diferentes a nosotros, son personas como nosotros que estamos escuchando estas palabras de Jesús.
Haciendo un ejercicio similar al que Jesús realizó en aquél lugar hace dos mi- lenios, se me ocurre mencionar que las personas que sufrieron esa tragedia en el Estadio La Corregidora, en Querétaro, ape- nas en el primer domingo de esta Cua- resma, no son distintas a nosotros, son familias como las nuestras, hombres, mujeres y niños, que no por pecadores fueron golpeados o ultrajados. A cualquie- ra de nosotros le pudo haber sucedido. Por ello, la misma indicación: es necesario y urgente convertirse a Jesús y al Reino predicado por Él.
Y aquellas familias que suman ya más de un millón de personas que han dejado sus hogares en Ucrania, no son diferentes
 20 20 de marzo de 2022 desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx

















































































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