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 La ceniza también es signo de conversión. Si nos sentimos lejos de Dios, regresamos a Él, que nos está esperando como Padre.
 Por DLF Redacción @desdelafemx
E l próximo 2 de marzo, con el Miércoles de Ceniza, inicia la Cuaresma, período de 40 días que, como recordamos en nuestra edición anterior, es un tiempo de preparación espiritual para la Solem- nidad de la Pascua, que es la celebración más importante del año litúrgico porque es la memoria del misterio mismo de nues-
tra redención.
¿SABES LO QUE SIGNIFICA LA CENIZA?
En el pueblo hebreo quienes vivían un duelo se rasgaban la ropa y se cubrían de ceniza para significar dolor. Te preguntarás: y no- sotros, ¿por qué estamos tristes? La respues- ta es muy sencilla: porque hemos ofendido a Dios con nuestros pecados.
RECIBIR LA CENIZA ES IMPORTANTE
Significa que nos reconocemos pecadores, que nos arrepentimos de haber hecho el mal, que le pedimos perdón a Dios y que nos comprometemos a cambiar de vida.
RECONCILIACIÓN CON DIOS
Recibir la ceniza es también un signo de conversión. Si te sientes lejos de Dios, regresa a Él que te está esperando como un Padre amoroso. Es tiempo de poner paz en tu vida: confiésate y acércate a comulgar. Si te falta recibir un Sacramento, pídelo a tu parroquia y prepárate para recibirlo.
Si te perdiste nuestra edición anterior sobre el significado de la Cuaresma, escanea el código QR para descargarla gratuitamente.
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27 de febreo de 2022 5
OPINIÓN
Por P. José Alberto Medel*
La imposición Lde la ceniza
a Cuaresma inicia con un rito muy elocuente, y su belleza radica precisamente en su simplicidad.
Parece sencillo ponerse ceniza en la cabeza, con una cruz en la frente, y ya; sin embargo, el gesto es un punto de llegada y su significado es un punto de partida.
Me explico: es un punto de llegada por- que el gesto de colocarnos ceniza en la cabeza significa lo que en ese día estamos haciendo; es decir, el ayuno y la abstinencia.
Si por la calle vemos pasar una ambu- lancia a toda velocidad con la sirena pren- dida, sabemos que, o va por un enfermo de emergencia o ya lo lleva al hospital; mucho nos molestaría, por el abuso y la incongruencia, saber que la ambulancia va rápido y con la sirena prendida sólo porque los que van dentro quieren llegar rápido a un punto. Lo mismo pasa con la ceniza: alguien que fue a imponerse la ceniza, pero no hizo el ayuno y la absti- nencia, es un abusivo e incongruente.
La ceniza es el signo exterior y visible de los actos de mi penitencia interior que debo hacer “en la intimidad de mi vida”.
¿No es una contradicción hacer visible los actos interiores de penitencia que debo hacer en el secreto de mi intimidad? No lo es, porque la ceniza es un signo que a mí me recuerda que estoy haciendo pe- nitencia, misma que luego voy a transfor- mar en actos de caridad; a los demás les dice que somos ceniza, que somos nada y que por lo mismo, en Dios y por Dios, esa ceniza que somos es transformada, por la gracia de Dios, en la realidad de hijos en el Hijo, sí, esa ceniza de la que venimos y en la que nos convertiremos, un día será resucitada a la nueva vida en Cristo.
Sacerdote de la Diócesis de Xochimilco
         









































































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