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    ordenado y de pasar un tiempo como formador del Seminario, regresó a su dió- cesis de origen. Cuando su obispo recibió la carta de un cardenal, solicitando que le enviara al padre Franco para estudiar en la Academia, la noticia no le cayó muy bien.
Para entonces llevaba tres años felices cumpliendo su sueño de ser vicario.
El obispo le explicó que era importante atender la solicitud del cardenal, y sin pensarlo más, Coppola hizo las maletas y volvió a la capital italiana.
Al concluir los estudios diplomáticos, en los años noventa, monseñor Coppola inició su larga carrera de servicio al Papa en el mundo. Fue el Papa Benedicto XVI quien lo nombró Nuncio Apostólico en Burundi, país al que había servido en plena guerra civil. Con el nombramiento llegó también la ordenación episcopal.
EL PAPA FRANCISCO
De Burundi, monseñor Coppola partió a la República Centroafricana en 2014, en- viado por el Papa Francisco.“En ese mo- mento estaba estallando la guerra civil en la misma capital, Bangui; era un país donde no había ejército, no había policía, no había fuerza pública. Sólo había dos bandas de rebeldes que se hacían la guerra”.
En este escenario, sin ninguna garantía de seguridad, el Papa Francisco le anunció al Nuncio su intención de visitar las Re- pública Centroafricana. Ahí ocurrió el se- gundo encuentro.
Fue una oportunidad única para cono- cer de cerca al Santo Padre, pero también
una verdadera experiencia de fe preparar una Visita Apostólica en un país con un conflicto interno, un gobierno económi- camente quebrado y sin garantías de seguridad.
LA VIRGEN DE GUADALUPE
Poco tiempo después de la visita Apos- tólica en la República Centroafricana, el Papa Francisco mandó llamar al Nuncio Coppola para anunciarle su próximo des- tino: México.
Sobre la encomienda con que lo envió, afirma: “Sólo digo las dos primeras cosas que me dijo, lo demás es reservado. Lo primero fue: ‘Franco, a partir de ahora tie- nes que aprender a tomar tequila’. La se- gunda es que, como antes estábamos acostumbrados a hablar en italiano entre nosotros, me dijo: ‘a partir de la próxima vez que nos veamos solamente vamos a hablar español”.
Monseñor Coppola destacó que México es un país de gran importancia para la Iglesia y, en particular, para el Papa. Lo primero que hizo cuando llegó a la Ciudad de México fue pedir a sus colaboradores que lo llevaran a la Basílica de Guadalupe. Monseñor Coppola reconoce que sabía muy poco de la Reina de México y Em- peratriz de América.
“Llego a la Basílica, avanzo por la plaza y veo escritas las palabras de la Virgen: ¿Por qué te preocupas, no estoy yo aquí que soy tu madre? “Esas palabras sentí que me las dijo a mí. Las dijo a Juan Diego, pero también a mí. Fue el tercer encuentro más importante de mi vida”.
PER FIL
28
AÑOS
lleva en el servicio diplomático de la Santa Sede.
5
AÑOS
cumplirá como Nuncio Apostólico en México este 9 de julio.
Mons. Coppola
El Nuncio apostólico en México nació en Maglie, pueblo de la provincia de Lecce, Italia.
En su juventud no aspiraba a un cargo diplomático, fueron sus superiores quienes lo encaminaron a esa labor.
Ha servido en países en conflicto como Burundi y República Centroafricana.
Desde que llegué
a México pedí hacerme ‘ahijado’ de la Virgen de Guadalupe y también poder contarme entre los hijos de esta Madre”.
MONS. FRANCO COPPOLA
NUNCIO APOSTÓLICO
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30 de mayo de 2021 9
El Nuncio conoció al Papa en el viaje del Pontífice a República Centroafricana.
 






























































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