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 página 6 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 30 de mayo se 2021
 VIENE DE LA PÁGINA 5
la meta deseada, no con un simple clic, si- no con la tenacidad y la perseverancia del cuerpo y del alma. En este sentido, la Jor- nada diocesana/eparquial de la juventud es una valiosa oportunidad para que las jó- venes generaciones descubran los santua- rios locales u otros lugares significativos de la piedad popular, considerando que: «Las diversas manifestaciones de piedad popu- lar, especialmente las peregrinaciones, atraen a gente joven que no suele insertarse fácilmente en las estructuras eclesiales, y son una expresión concreta de la confianza en Dios».[27]
manifieste realmente que somos una Igle- sia de puertas abiertas».[29]
5. El protagonismo juvenil
Como ya se ha dicho, es importante que los agentes de pastoral juvenil estén cada vez más atentos a implicar a los jóvenes en todas las etapas de la planificación pastoral de la JMJ, según un estilo sinodal-misione- ro, valorando la creatividad, el lenguaje y los métodos propios de su edad. ¿Quién conoce más que ellos el lenguaje y los pro- blemas de sus compañeros? ¿Quién es más capaz de llegar a ellos a través del arte, las redes sociales...?
El testimonio y la expe- riencia de los jóvenes que ya han participado en las JMJ internaciona- les merecen ser valora- dos en la preparación del evento diocesano/epar- quial.
En algunas Iglesias par- ticulares, después de su participación en las JMJ internacionales o de la organización de iniciati- vas dirigidas a los jóve- nes a nivel nacional y diocesano/eparquial, los jóvenes, “veteranos” de tales experiencias emo- cionantes, se han impli-
cado en la creación de equipos de pastoral juvenil en los más diversos ámbitos: parro- quial, diocesano/eparquial, nacional, etc. Esto demuestra que cuando los jóvenes se convierten en protagonistas en primera persona de la realización de acontecimien- tos verdaderamente significativos, hacen suyos fácilmente los ideales que inspiraron esos acontecimientos, captan su importan- cia con la mente y el corazón, se apasionan por ellos y están dispuestos a dedicar tiem- po y energía a compartirlos con los demás. De las fuertes experiencias de fe y de servi- cio surge a menudo la voluntad de com- prometerse con la pastoral ordinaria de la propia Iglesia local.
Reiteramos, por tanto, que es necesario te- ner la valentía de implicar y confiar pape- les activos a los jóvenes, tanto a los que
provienen de las diferentes realidades pas- torales presentes en la diócesis, como a los que no pertenecen a ninguna comunidad, grupo juvenil, asociación o movimiento. La JMJ diocesana/eparquial puede ser una hermosa oportunidad para resaltar la ri- queza de la Iglesia local, evitando que los jóvenes menos presentes y menos “activos” en las estructuras pastorales establecidas se sientan excluidos. Todos deben sentirse “especialmente invitados”, todos deben sentirse esperados y acogidos, en su irrepe- tible singularidad y riqueza humana y espi- ritual. El evento diocesano/eparquial, por lo tanto, puede ser una ocasión propicia para estimular y acoger a todos aquellos jó- venes que quizás están buscando su lugar en la Iglesia y que aún no lo han encontra- do.
6. Mensaje anual del Santo Padre para la JMJ
Cada año, en vista de la celebración dioce- sana/eparquial de la JMJ, el Santo Padre publica un Mensaje para los jóvenes. Por ello, sería conveniente que los encuentros preparatorios y la misma JMJ diocesa- na/eparquial se inspiren en las palabras que el Santo Padre ha dirigido a los jóve- nes, en particular, en el pasaje bíblico que se propone en el Mensaje.
También sería importante que los jóvenes escuchen la Palabra de Dios y la palabra de la Iglesia de la voz viva de personas cerca- nas que conozcan a fondo su carácter, su historia, sus gustos, sus dificultades y lu- chas, sus expectativas y esperanzas y que, por tanto, sepan aplicar bien los textos bí- blicos y magisteriales a las situaciones con- cretas de la vida que viven los jóvenes que tienen delante. Este trabajo de mediación, realizado en la catequesis y en el diálogo, ayudará también a los jóvenes a saber iden- tificar formas concretas de dar testimonio de la Palabra de Dios que han escuchado y a vivirla en su vida cotidiana, a encarnarla en la familia, en los ambientes de trabajo o de estudio, entre los amigos.
La dirección propuesta por este Mensaje, destinada a acompañar el camino de la Iglesia universal con los jóvenes, podría por tanto declinarse con inteligencia y gran sensibilidad cultural, teniendo en cuenta la realidad local. También podría inspirar el camino de la pastoral juvenil de la Iglesia
Hacia un nuevo impulso
  f. La Jornada de los jóvenes debe ser una “experiencia de fraternidad universal”
La JMJ debe ser una ocasión de encuentro para los jóvenes, no solo para los jóvenes católicos: «Cada joven tiene algo que decir a los otros, tiene algo que decir a los adul- tos, tiene algo que decir a los sacerdotes, a las religiosas, a los obispos y al Papa».[28] En este sentido, la celebración diocesa- na/eparquial de la JMJ puede ser un mo- mento oportuno para que todos los jóve- nes que viven en una zona determinada se reúnan y hablen entre sí, más allá de sus creencias, su visión de la vida y sus convic- ciones. Cada joven debe sentirse invitado a participar y acogido como hermano. Hay que construir «una pastoral juvenil capaz de crear espacios inclusivos, donde haya lugar para todo tipo de jóvenes y donde se

















































































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