Page 12 - Impreso
P. 12

/
COMPRENSIÓN DEL EVANGELIO
   ELectura del Santo Evangelio (Mt. 28,16-20)
n aquel tiempo, los once discípulos se poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y fueron a Galilea y subieron al monte enseñen a todas las naciones, bautizándolas en en el que Jesús los había citado. Al el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu San- ver a Jesús, se postraron, aunque al- to, y enseñándolas a cumplir todo cuanto Yo les gunos titubeaban. Entonces, Jesús se he mandado; y sepan que Yo estaré con ustedes
acercó a ellos y les dijo: “Me ha sido dado todo todos los días, hasta el fin del mundo”.
     COMENTARIO
Por PBRO. SERGIO ROMÁN
¿Cómo es nuestra relación con la Santísima Trinidad?
@desdelafemx
Ellos tan sólo siguen el ejemplo de Jesús, que, hecho hombre como nosotros, cul- tivó siempre y en todas partes una rela- ción muy estrecha con su Padre que está en el cielo.
Hermanos de Jesús: La hermandad con Cristo nos viene porque Él, haciendo a lado su condición divina, se hizo hom- bre, verdadero hombre sin dejar de ser verdadero Dios, y compartió así nuestra naturaleza humana.
Él nos redimió, tomando sobre sí las culpas de nuestro pecado, Él que no co- metió pecado, y pagando por nosotros en la cruz. De Jesús, Hijo eterno del Padre recibimos todas las gracias. Incorporados a Cristo por el Bautismo, formamos el cuerpo místico del cual Él es la cabeza, y participamos de su misión divina de ser un pueblo de sacerdotes, profetas y reyes.
Templos vivos del Espíritu: El Espíritu Santo es un regalo del Padre y del Hijo que se nos da a partir de nuestro Bau- tismo, y, de una forma especial en orden al testimonio, en la Confirmación.
Somos, pues, templos vivos del Espí- ritu Santo y todo buen sentimiento y toda buena acción provienen de Él.
Su acción en nosotros es santificadora: santifica lo que Jesús salvó. Correspon- demos a su acción siendo dóciles a sus inspiraciones y solicitando su presencia en cada momento de nuestra vida. Mo- vidos por el Espíritu, edificamos la Iglesia sirviéndola.
          C ada vez que nos santigua- mos y decimos “en el nom- bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” esta- mos manifestando nuestra fe en la San- tísima Trinidad y poniendo nuestras
obras bajo su protección, guía y luz.
En esa fe trinitaria fuimos bautizados: “yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. La fe en la Santísima Trinidad está al principio de nuestra vida cristiana y nos acompaña durante toda nuestra vida. Cristiano es el que vive en relación con cada una de
las tres divinas personas.
Hijos del Padre: La figura paterna im-
plica apoyo, guía, acompañamiento, or- den, amor, seguridad, confianza y respeto. El padre es el modelo que seguirán los hijos.
La primera persona de la Santísima Trinidad, el Padre, es verdadero Padre
de Jesús y de nosotros es tan sólo Padre adoptivo.
Si fuéramos como Jesús, verdaderos hijos del Padre, seríamos dioses, eternos como Jesús y como el Padre. Somos cria- turas, pero no hijos.
Los santos nos muestran a qué grado de amor puede llegar una criatura hu- mana en su relación de hijo a Padre Dios.
Cristiano es el que vive en relación con cada una de las tres Divinas Personas.
  12 30 de mayo de 2021 desdelafemx
desdelafe.oficial
desdelafe
DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx





































































   10   11   12   13   14