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/ OPINIÓN
COLUMNA INVITADA
Por JUAN JESÚS PRIEGO
Sacerdote, periodista y escritor de la Arquidócesis de San Luis Potosí.
El tiempo de la cólera
@desdelafemx
Pero han abandonado en manos del ateís- mo los importantes campos de la literatura, de la filosofía, del cine”...
Los cristianos han menospreciado de- masiado la inteligencia. Demasiado a me- nudo han dejado la cultura en manos de los incrédulos. Indudablemente, éste es uno de los grandes errores del cristianismo contemporáneo. El resultado es que espí- ritus más exigentes no encuentran res- puesta a sus interrogantes”.
“Hace falta que los cristianos se sacudan los complejos de culpabilidad masoquista, los terrores ante los falsos prestigios de la inteligencia del día, el morboso placer de la autocrítica. Es necesario que se decidan a cantar gozosamente la alabanza de la Trinidad, la esperanza de la resurrección, el gozo de la Eucaristía... La juventud tiene sed de absoluto. La tragedia, hoy, consiste en la dimisión de los que tendrían que saciar esa sed”.
“No hay nada que desagrade tanto como una Iglesia que disimule su mensaje para lograr que lo acepten, lo cual, por otra parte, no engaña a nadie. Lo que se le pide es que demuestre cómo ese mensaje respon- de al interrogante del hombre de hoy acer- ca de Dios... Lo que se pide a las Iglesias no es que se callen con respecto a Dios: lo que se les pide es que hablen bien de Él”.
           E ntre 1967 y 1968, el por en- tonces famosísimo Cardenal Jean Daniélou (1905-1974), jesuita y conocedor profundo de la antigüedad cristiana, escribió cada semana para dos periódicos de gran tirada: L’Osservatore Romano, italiano, y La Croix, francés. Más tarde, sus colaboraciones fue- ron recopiladas en un grueso volumen titulado Test, del que extraigo ahora los siguientes pensamientos, esperando que den todavía material de reflexión a quienes los lean hoy, cincuenta y tantos años des-
pués de haber sido escritos.
“Existe una especie de derrotismo, que
se manifiesta en muchos. ¿Cómo se puede ser cristiano hoy? Es la pregunta que nos hacen. Demasiados cristianos parecen serlo con disgusto y arrastran su fe como un grillete. Demasiados sacerdotes dan la impresión de que llevan su sacerdocio como carga. ¡Quede bien claro que este cristianismo de perros acosados no tiene atracción alguna para los jóvenes, y no veo cómo podrían entusiasmarse por él!”.
“No son los ataques desde el exterior, sino las defecciones de dentro lo que cons- tituye hoy el gran peligro para el porvenir de la fe”.
“Lo que el mundo necesita no son unos cuantos técnicos más... Lo que hoy se ne- cesita son jóvenes cristianos que vuelvan a encontrar la salud gozosa de la fe. Nada tienen que temer de los terrores que los rodean. Porque su fe es ya victoria sobre el mundo”.
“Hay una forma de cobardía entre los cristianos: es el respeto humano. No se quiere dar la impresión de no estar acordes a los tiempos que corren y no se tiene la valentía de decir lo que se piensa en el fondo del corazón... Estamos –y sopeso mis
palabras- en el tiempo de la cólera. Hay una manera de aguantar los terrorismos intelectuales que nos agreden que, en un momento dado, equivale al suicidio”.
“La descripción que hace san Pablo del mundo pagano de su tiempo es muy se- mejante a la que podríamos hacer del París de hoy. ¿Cuál fue la actitud de los cristia- nos? Muy sencilla. En primer lugar, que- darse allí. Decía Tertuliano: ‘No nos iremos, aunque os irritemos con nuestras negativas. Acepamos de vosotros lo bueno. Somos absolutamente iguales a los demás. Pero hay un cierto número de cosas a las que decimos: ¡no!’ ”.
“Los únicos maestros que encuentra hoy la juventud son unos maestros de re- volución y de impugnación: unos maestros de nihilismo”.
“El drama consiste en la ausencia del cristianismo en el mundo del pensamiento. No faltan, ciertamente, los escritores, los filósofos y los periodistas cristianos. Sin embargo, estamos padeciendo un serio déficit en ese campo. Ello se debe a diver- sas razones. Ante todo, ha habido entre los cristianos un desconocimiento de la im- portancia del pensamiento como forma eminente del servicio. Han estado preo- cupados por la acción social o pastoral.
       “No son los ataques desde el exterior lo que constituye hoy el gran peligro para el porvernir de la fe”.
  14 1 de agosto de 2021 desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx












































































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