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/ HISTORIA DE FE
Para Susana Troyo nada hay mejor que dar su tiempo a los niños, entre quienes suele escuchar manifestaciones del poder de Dios.
Por Vladimir Alcántara @desdelafemx
Hace siete años y medio, Susana Troyo recibió la no- ticia de que tenía cáncer y le restaba poco de vida. Fue de inmediato a contárselo a un sacerdote, quien la escuchó y le aseguró que no iba a morir pronto, pues no podía dejar este mundo sin antes compartir que había ates- tiguado la presencia misma de ángeles en la tierra.
Susana -o Susy, como le llaman los ni- ños-, nació en la Ciudad de México, pero desde pequeña se fue a vivir a Mérida, Yucatán. Estudió la carrera de Educadora y cierta vez fue enviada con sus compa- ñeras a un hospital infantil, donde comenzó a convivir con los niños y niñas. Fue ad- quiriendo conciencia de la responsabilidad que implicaba el estar con ellos, sobre todo cuando, el último año de la carrera, vivió un suceso sumamente doloroso.
“Ocurrió que yo quedé prendada de un niño y pedí permiso para seguir visitándolo. Carlitos tenía un cáncer muy avanzado, pero le permitían ir a casa un día cada determinado tiempo. Un día que esperaba mi visita, él se negó a irse con sus papás. Yo fui irresponsable y no acudí. El día que llegué ya no lo vi en su cama, pregunté que había pasado y las enfermeras me informaron que había fallecido, que me había estado esperando y desde la ventana se asomaba a ver si me veía venir”.
Tanto dolor sintió ante lo sucedido, que se prometió jamás volverle a fallar a un niño. “Empecé a colaborar con las volun- tarias Vicentinas, en el lugar donde se hos- pedaban los niños que iban al hospital, y ahí aprendí a conocer realmente a Dios a través de los ‘niños crucificados’, aquellos que están intubados, con el suero en una manita y la otra inmovilizada, como el
Es escritora y activista que cumple los sueños de los niños con cáncer. Susana descubrió
‘ángeles’ entre los niños con cáncer
mismo Jesús en la cruz”. Cierto día, una niña que iba a ser dada de alta del hospital le dijo a Susana que no volvería a la es- cuela, pues había desertado en segundo año, y sus compañeritos ya iban en se- cundaria. Así que, Susy quiso estudiar la carrera de Derechos y Necesidades de la
Niñez, y al concluirla elaboró un programa educativo para los hospitales, que se im- plementó en el Hospital General de Mérida “Agustín O’Horán”. El modelo posteriormen- te fue tomado de base a nivel nacional.
Tras el éxito del programa, se sentía llamada a hacer algo más. Así, en el año
8 4 de julio de 2021 desdelafemx desdelafe.oficial desdelafe DesdelaFeOficial www.desdelafe.mx