Como vocalista del grupo Los Joao, don Armando Arcos alcanzó fama nacional e internacional principalmente en la década de los 80, con éxitos musicales como “Vamos a la playa”, “El parasol” y “Disco Samba”, que llegó al cuarto nivel de popularidad en Italia, país en el que estuvo participando en programas de televisión.
Puedes leer: Alexander Acha: “El mayor regalo que me dio la Virgen fue a mi esposa”
En entrevista con Desde la fe en diciembre del 2020, Don Armando aseguraba que durante sus giras siempre llevó presente a la Virgen de Guadalupe, pues a Ella encomendaba su protección, lo cual le ha agradecido siempre. Pero si algo tenía que agradecerle entonces con todo el corazón, era un suceso reciente: mitigó la angustia que lo invadió al saber que estaba enfermo de cáncer.
Contaba que siempre había sido devoto de la Guadalupana por herencia de su madre, quien, en su natal Xalapa (Ver.), cada 12 de diciembre lo llevaba vestido de indito a celebrarla a un santuario conocido como “El Dique”. Además, su madre le formó una bonita costumbre: poner debajo de su almohada una Virgencita metálica para dormir seguro, sintiéndose amado y protegido.
Después de muchos años, don Armando retomó aquella costumbre y volvió a sentir esa seguridad de antaño al colocar la cabeza sobre la almohada. Y es que -dijo-, la Virgen le volvió a mostrar entonces su cercanía tras enterarse de que necesitaba someterse a una delicada operación para superar la enfermedad.
“Al saber de mi cáncer –contaba– estaba pasando por días difíciles, así que mi hermano ‘Monchi’ me llevó a la Basílica a ver a monseñor Diego Monroy, quien me hizo el favor de darme los Santos Óleos a los pies de la Virgen. Yo le dije a Ella: ‘Madrecita linda, háblale a tu Hijo de mí’. Y en ese instante me invadió una confianza indescriptible”.
Ya más sereno, prometió a la Virgen que, de librar la enfermedad, se convertiría en su feliz interlocutor ante la gente: amigos, familiares, conocidos y desconocidos.
Y como lo prometido es deuda, además de haber retomado aquella hermosa costumbre de colocar una Virgencita metálica bajo su almohada, don Armando comenzó a hablar de la Virgen de Guadalupe con todo aquel que tiene oportunidad. “Ella es tan amorosa y humilde, que nos dice: ‘Yo estoy aquí, pero vayan a mi Hijo. Él está en la Hostia, y los va a escuchar. ¡Vayan a verlo!”.
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.