No son cuernos, la Virgen de Guadalupe está parada sobre una luna creciente oscura. Foto Especial.
La imagen de la Virgen de Guadalupe estampada en la tilma que se encuentra la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe ha sido objeto de numerosas interpretaciones a lo largo de los siglos y una de las preguntas más frecuentes que surgen entre los millones de fieles y visitantes es: ¿la Virgen de Guadalupe tiene cuernos en la parte inferior de su manto?
Y es cierto que, al observar con detalle la imagen de la Morenita del Tepeyac, especialmente en la parte inferior, se aprecia una figura que parece simular unos cuernos sobre los que ella está de pie.
Pero la respuesta es no, la Virgen de Guadalupe no tiene ni está parada sobre unos cuernos, sino que lo que aparece en realidad en el ayate de san Juan Diego es la luna, un símbolo cargado de profundo significado bíblico, histórico y cultural.
Si en la imagen guadalupana vemos directamente en la zona en donde está el ángel que sostiene la túnica de la Morenita del Tepeyac, podremos apreciar que sobresalen a simple vista lo que podrían parecer un par de cuernos negros, pero son en realidad las extremidades o puntas de una luna creciente oscura y en cuyo ombligo descansa la Virgen de Guadalupe.
Monseñor Eduardo Chávez Sánchez, Teólogo Magistral Guadalupano y Postulador para la Causa de Canonización de San Juan Diego, indicó que al ver a la Morenita del Tepeyac sobre el ombligo de esta luna negra, para los indígenas tuvo un gran significado, ya que para ellos “el negro significaba la muerte y el eclipse es lo más terrible, ya que la luna se está devorando al sol y ellos son hijos del sol”.
En su libro Nuestra Señora de Guadalupe: Madre de la Civilización del Amor, monseñor Chávez Sánchez señala que la Virgen de Guadalupe está de pie en el ombligo de una luna creciente, cuyo color oscuro contrasta marcadamente con el sol que tiene detrás, que podría se la representación de un eclipse, por lo que dicha posición de la madre de Dios sobre la luna era uno de los símbolos más importantes para el pueblo indígena mexicano.
“En la iconografía cristiana, la Inmaculada Concepción está aplastando a una serpiente, que simboliza el mal. En su perfecta inculturación, la Virgen de Guadalupe, siendo una Inmaculada Concepción, no pisa una serpiente pues para los indígenas simboliza algo bueno, ya que es el ‘líquido precioso’, es decir, ‘la sangre’ o ‘el agua’ que significa fecundidad. Así, pues, la Virgen no pisa una serpiente, pero sí pisa lo negro de la luna que significa ‘el eclipse’, y este sí, para los indígenas, representa al Mal que la Virgen aplasta”, explica Monseñor Eduardo Chávez.
El hecho de que la Virgen esté parada sobre la luna está en plena sintonía con el relato del Nican mopohua, el documento indígena del siglo XVI que narra las apariciones de la Virgen en el cerro del Tepeyac y en el que se describe a Santa María de Guadalupe como la “Mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies”, evocando con ello la visión de San Juan en el del capítulo 12 del Libro del Apocalipsis (12:1-2).
1 Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
2 Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz”.Al respecto, Monseñor Chávez Sánchez aseguró que la Virgen del Tepeyac “es la mujer del Apocalipsis”, porque “si ustedes se fijan y reflexionamos al mismo tiempo en lo que dice la Sagrada Escritura, la imagen de la Virgen de Guadalupe es Apocalipsis 12, 1-2: una gran señal, una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies, coronada de doce estrellas está a punto de dar a luz. Está en cinta…, esto que dice el Apocalipsis es exactamente lo que es la iconografía de Santa María de Guadalupe”.
Esta comparación, recordó, fue una de las cosas que aportó el padre Miguel Sánchez en 1648, el ver el paralelo que existía entre el texto del Apocalipsis 12 con la imagen de la Virgen de Guadalupe estampada en la tilma que perteneció a Juan Diego.
¿Cuál es el significado de la luna bajo los pies de la Virgen?
En la tradición cristiana, la luna representa lo cambiante, lo pasajero, lo que no tiene luz propia, por lo que el hecho de que María esté parada sobre el ombligo de la luna significa que la Virgen de Guadalupe vence la oscuridad y permanece como signo de luz y esperanza.
En este tenor, hay que recordar que el reconocido arqueólogo y antropólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma explicó que para los indígenas México no era ni siquiera un país o una nación solamente, sino que significaba el Altar del Cosmos, el Eje Cósmico, y por eso hacían sacrificios humanos para que el universo continuara con vida.
En este sentido, la Iglesia en México ha explicado que la imagen de la Virgen de Guadalupe es también un recordatorio de que María es la Reina del Cielo y que su misión es conducir a los creyentes a Cristo, el Sol de justicia.
Monseñor Eduardo Chávez agregó que el Concilio Vaticano II, en primer lugar, y el Papa Juan Pablo II, después, aseguró que la Virgen de Guadalupe es el modelo de evangelización perfectamente inculturizado, es decir, que su presencia representa “una inculturación del Evangelio, porque ella toma esas semillas que ya plantó Dios en el corazón de todo ser humano y las lleva a la plenitud en Jesús”
Es importante señalar que la luna era uno de los símbolos más importantes para el pueblo indígena mexicano y muestra de ello es que la palabra “México” surge de una combinación de las palabras indígenas meztli (luna), xitli (ombligo o centro) y co (lugar), por lo que significa “lugar en el ombligo de la luna”. A partir de lo anterior, los pueblos originarios creían que México era el centro del universo y la fuente de toda vida.
Cabe recordar que para los pueblos originarios de México, la luna tenía un fuerte valor religioso, por lo que al ver a la Virgen de Guadalupe de pie sobre una luna negra transmitió un mensaje muy importante.
De esta manera, la imagen y el mensaje de la guadalupana se convirtió en un poderoso instrumento de evangelización inculturada, pues no negó las raíces de los pueblos indígenas, en un primer lugar, ni de todos los pueblos del mundo, actualmente, sino que les mostró que su fe y símbolos podían encontrar plenitud en el Evangelio.
El hecho de que la Virgen de Guadalupe esté sobre la luna no es un detalle artístico, sino un elemento providencial que ayudó a millones de indígenas y a todos los seres humanos hasta la fecha a reconocer en ella un mensaje de esperanza y conversión.
Así, lo que algunos pueden confundir con “cuernos”, en realidad es la imagen de una luna negra, como si estuviera en un eclipse, que en el marco de la tradición cristiana y la historia de México representa la victoria de la fe y el inicio de un camino nuevo de unidad en torno a Cristo, “porque -puntualizó monseñor Eduardo Chávez- la Virgen de Guadalupe es Cristrocéntrica“.
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