Cuando una persona está a punto de morir, el entorno puede estar marcado por la tristeza y la incertidumbre, especialmente si la situación ha tomado a todos por sorpresa. Este proceso se llama agonía y cada persona lo vive diferente. Esos últimos momentos son una oportunidad para acompañar el alma en su viaje hacia el encuentro con Dios.
De acuerdo con el padre José Alberto Medel, responsable de Liturgia en la Diócesis de Xochimilco en la Ciudad de México, la agonía es la última batalla de la fe; es el momento en que la persona se enfrenta con su última realidad independientemente de que tenga o no una religión. Aquí es donde las oraciones juegan un papel fundamental.
“En esos momentos, el espíritu del mal acecha por última vez al alma agonizante, tratando de inducirla a renegar de Dios y a caer en la desesperanza y la desconfianza. Es precisamente en esta etapa crítica donde la Iglesia se convierte en un apoyo fundamental. A través de una serie de oraciones, acompaña a la persona en su último momento de existencia, ayudándola a hacer una auténtica profesión de fe y a entregarse en manos de Dios”, advierte el sacerdote.
Para ayudar espiritualmente a una persona que está agonizando, lo ideal es contar con la presencia de un sacerdote, ya que él puede realizar las llamadas “Recomendaciones del alma”, un conjunto de oraciones para asistir al moribundo en sus últimos momentos y prepararlo para el encuentro con Dios.
En caso de no contar con un sacerdote, la persona que acompaña al moribundo puede ofrecer un gran apoyo espiritual mediante las siguientes oraciones:
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La unción de los enfermos es un sacramento que se da no solo a los moribundos, sino a cualquier persona que esté enferma. Según el sacerdote, su propósito es doble: buscar la curación física y fortalecer el alma, ayudando al enfermo a afrontar su situación con fe y paz.
Anteriormente, este sacramento era conocido como “extremaunción”, ya que solía administrarse solo a las personas que estaban moribundas. Sin embargo, tras el Concilio Vaticano II y la reforma litúrgica, se ha aclarado que este sacramento no está reservado únicamente para los moribundos, sino para cualquier persona que sufra una enfermedad grave o que se encuentre en una situación que ponga en peligro su vida.
Es así que no debe esperar hasta el último momento; se puede recibir cada vez que haya riesgo para la salud. Una persona que recibe con frecuencia la unción, junto con la confesión y la comunión, estará siempre preparada espiritualmente, incluso para la muerte, sin necesidad de esperar a que la situación sea extrema.
Lo importante es estar en gracia con Dios desde que se detecta la enfermedad, confiando en su providencia y no solo buscando la unción cuando el final parece cercano.
Al acompañar a alguien en agonía, es fundamental recordar que la fe y la esperanza no se construyen en el último instante. Cuando un ser querido se acerca a la muerte, a menudo se busca consuelo de manera desesperada, pero las palabras no logran llenar el vacío si no se ha cultivado la fe a lo largo de la vida. Por ello, es vital estar preparados. A continuación, se presentan algunas recomendaciones del padre Medel para quienes deben acompañar a alguien en este difícil momento:
1. Cultivar la fe a lo largo de la vida: es esencial fortalecer la relación con Dios y vivir en un estado de gracia, de manera que la fe sea un pilar en momentos críticos.
2. Buscar asistencia espiritual anticipadamente: no esperar a que la persona esté en agonía para llamar al sacerdote. Es mejor buscar los sacramentos regularmente y tener la ayuda espiritual a mano.
3. Acompañar con amor y esperanza: estar presente para el ser querido en sus últimos momentos, brindando consuelo y apoyo emocional.
4. No dejar todo para el final: la muerte puede llegar de manera inesperada, por lo que es fundamental no dejar los asuntos espirituales y la preparación para el último momento.
5. Fomentar la oración en familia: rezar por el enfermo y juntos, como familia, pedir por una buena muerte, confiando en la intercesión de los santos.
6. Educar sobre el sacramento de la Unción de los Enfermos: Comprender que este sacramento es para aquellos que están enfermos o en un estado de deterioro, no solo para los moribundos.
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