Según estudios del campo del aprendizaje multisensorial, como los realizados por la Universidad de Harvard y el National Institute for Learning Development (NILD), señalan que integrar el arte en el proceso educativo no solo mejora la atención, sino que también facilita la retención a largo plazo de conceptos complejos.

Colorear, en particular, permite a los niños desarrollar habilidades motoras finas, al tiempo que les brinda una forma de concentración relajada que favorece el aprendizaje significativo. Esta actividad activa simultáneamente ambos hemisferios cerebrales: el izquierdo, relacionado con el lenguaje y la lógica, y el derecho, vinculado a la creatividad y la percepción visual.

Aplicado a la enseñanza religiosa, esto significa que herramientas como el Padre Nuestro para colorear no solo hacen que la catequesis sea más atractiva, sino que también refuerzan la comprensión y memorización de la oración que Jesús nos enseñó. Tanto para catequistas como para padres de familia, este recurso puede convertirse en un puente valioso entre la fe y el aprendizaje activo de los más pequeños.

Padre nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy 
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Si quieres aprovechar esta herramienta catequética, da clic AQUÍ o en la imagen de abajo para descargar e imprimir la oración del Padre nuestro para colorear.

Otras oraciones y dibujos para descargar y colorear:

• Oración de El Credo para colorear (Descárgala en PDF)
• Dibujos de santos para colorear Parte 1: Un álbum de regalo para los niños
• Dibujos de santos para colorear parte 2: una herramienta de catequesis
• Divina Misericordia para colorear
• Imagen de la Virgen de Guadalupe para colorear

Recordamos que el Padre nuestro o Padrenuestro es la oración cristiana por excelencia y nos fue revelada por nuestro Señor Jesucristo. La podemos encontrar en el Evangelio de san Mateo (Mateo 6, 9-13) y el Evangelio de san Lucas (Lucas 11, 1-4).