Uno de los temas que más preocupa a la población es la seguridad, es cierto que se ha trabajado en políticas públicas que disminuyan este mal, sin embargo, hasta el momento los crímenes siguen al alza, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la percepción de inseguridad de los mexicanos repuntó al 61% en el primer trimestre de 2024.
Hoy, desafortunadamente las notas sobre el crimen y la crueldad humana enmarcan las redes sociales, los conflictos armados continúan siendo uno de los tópicos más alarmantes, y los enfrentamientos entre divisiones de cárteles han transformado a diversos municipios y Estados, en escenarios desoladores.
La violencia ha llegado a niveles complejos, no podemos olvidar que el pasado 20 de junio se conmemoraron dos años de la muerte de los sacerdotes Jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, quienes fallecieron a manos del crimen organizado.
Es un tema que preocupa a gran parte de la población, y las noticias día con día nos arrojan datos sobre la situación, desafortunadamente la violencia cobra la vida de miles, incluso el sábado pasado en Acapulco un militar fue ultimado a balazos afuera de su casa al ser sacado de la misma por un comando armado.
Tristemente en las últimas décadas las noticias hacen continua referencia a situaciones de violencia y crimen, donde la crueldad humana juega el papel principal en las narraciones de los medios de comunicación masiva.
Este factor se ha convertido en un evento de trascendencia mundial que no hace sino reducir nuestra condición humana; sin embargo, hoy, frente a las terribles cifras que se acumulan a lo largo del mundo vale la pena preguntarnos: ¿Qué le estamos heredando a nuestra niñez? ¿Qué podemos hacer para revertir la violencia?
Atravesamos momentos críticos y determinantes, es por ello que debemos recordar las palabras de Su Santidad el Papa Francisco: “Sin justicia no hay paz. De hecho, si no se respeta la justicia, se generan conflictos. Sin justicia, se consagra la ley del fuerte sobre el débil.”
El trabajo es de todos; incluso la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo ha afirmado que la seguridad es una de sus prioridades y que continuará implementando políticas públicas que disminuyan la incidencia delictiva, además mencionó quellevará a cabo estrategias de inteligencia focalizadas en delitos de alto impacto y regiones específicas, y establecerá una coordinación efectiva entre la policía y la fiscalía.
Hoy, la violencia se ha convertido en un difícil obstáculo para el sano desarrollo de la humanidad, en una carga insoportable, por eso todos debemos participar responsablemente en abatir este flagelo.
*El autor es consultor en temas de Seguridad, Inteligencia, Educación, Religión, Justicia, y Política.
*Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la Fe.
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