Los riesgos en las redes sociales demandan, como lo ha dicho el Papa Francisco, una presencia que escucha, dialoga, anima, pues “la sensación falsa de pertenencia, sobre todo entre las y los jóvenes, puede llevar al aislamiento y la soledad”.
La integración a las nuevas tecnologías permite conocer tendencias generadoras de inseguridad, como los retos virales.
El lunes pasado se viralizó el knock out challenge realizado por estudiantes de un colegio marista de Mérida, Yucatán. Consiste en presionar el pecho de un joven recargado en la pared hasta provocar el desmayo por la falta de suministro de oxígeno al cerebro. Las consecuencias pueden ser fatales.
Los desafíos son más frecuentes en las y los adolescentes ante una mayor exposición a las redes sociales, donde circulan estos contenidos y enfrentan la presión por buscar aceptación, popularidad y pertenencia a un grupo.
Además, a esa edad tienden a ser impulsivos y, eventualmente, actuar sin medir las consecuencias, pues la corteza prefrontal cerebral —encargada del pensamiento racional y la evaluación de riesgos— termina de madurar a los 25 o 30 años.
Antes de censurar o juzgar la conducta es recomendable implementar y fortalecer una cultura de la higiene digital. La familia y la comunidad escolar juegan un papel importante para ayudarles a desarrollar habilidades de pensamiento reflexivo y racional, estar atentos a cambios de comportamiento o abrir espacios de conversación.
Por ejemplo, ¿sabes si tu hija o hijo sigue a influencers que plantean retos peligrosos? Es fundamental supervisar sus hábitos de consumo para detectar conductas de riesgo y enseñarles a no realizar acciones solo por conseguir un like.
En caso de descubrir que le han propuesto participar en un reto, hay que reportarlo a la red social o a la Línea de Seguridad o Chat de Confianza del Consejo Ciudadano, 55 5533 5533, donde tenemos alianza con TikTok para fortalecer la seguridad de las y los menores.
También es importante establecer normas de uso responsable, inteligente y respetuoso de los dispositivos con acceso a internet, así como advertirles de los riesgos de compartir datos personales con otros usuarios.
La solución no está en la prohibición o medidas represivas; debe ser un trabajo de familia, docentes e instituciones.
La web y las redes sociales han creado otra forma de comunicarse y vincularse. Constituyen una oportunidad de encuentro, acceso a la información y al conocimiento. Son un lugar irrenunciable para las y los jóvenes. Demos un like a la prevención.
Correo:salvadorg@consejociudadanomx.org
Twitter:@guerrerochipres
*Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la Fe.
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