Lo primero a la vista detrás de la puerta de madera de más de 4 metros de altura en una de las vecindades de la colonia Morelos es un altar a la Virgen de Guadalupe junto a otro a San Judas Tadeo; después, viene un largo corredor que atraviesa de calle a calle y hace intersección con otros callejones.

Dentro de esos espacios, en unidades habitacionales o en decenas de cruceros, estas especies de altares representan la fe de las y los vecinos, quienes ahí piden por su bienestar.

Hace unos días, al recorrer viviendas de la colonia Morelos como parte de un convenio con la Procuraduría Social para acercar a los condóminos la asesoría jurídica y psicológica del Consejo Ciudadano de la CDMX, se hizo visible la necesidad de fortalecer la convivencia a partir de esquemas de entendimiento basados en el diálogo para la resolución de conflictos.

En las más de 11 mil unidades habitacionales de la capital nacional viven alrededor de 4 millones de personas que representan casi la mitad de toda la población. Las más grandes y representativas son El Rosario, en Azcapotzalco, y el conjunto Nonoalco Tlatelolco.

Por mucho que se quiera evitar, la posibilidad de conflicto entre vecinos siempre está presente.

En la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, entre el año pasado y este febrero, hemos apoyado a 2 mil personas ante problemas relacionados con el espacio donde habitan y quienes les rodean.

Dos de cada tres peticiones de ayuda provienen de mujeres, y en la misma proporción de un grupo etario de entre 26 y 55 años. Entre las problemáticas más comentadas están las agresiones físicas o verbales, el exceso de ruido, amenazas u obstrucción del paso, daño a la propiedad, problemas por las áreas comunes o animales de compañía y exceso de basura.

Inevitablemente cada acción que realiza una persona en el entorno de su vivienda tiene repercusiones entre sus vecinos, y para evitar inconvenientes es mejor promover la convivencia pacífica.

Si es necesario resolver una situación problemática es mejor abordarla con cordialidad, buena educación y actitud positiva, de frente con la persona involucrada, sin acusaciones, ofensas ni un tono agresivo o imperativo.

Cada comunidad tiene normas, en ocasiones no escritas, para una sana convivencia, conocerlas y respetarlas es central. Y cuando sea necesario se puede buscar ayuda. En el Consejo Ciudadano estamos 24/7, gratis y confidencial.

*Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

Nota: Los artículos de opinión son responsabilidad del autor. 

Salvador Guerrero Chiprés

Coordinador del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5 CDMX).

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