Mons. Alfonso Miranda Guardiola.
Recuerdo una anécdota con una monjita, que me sucedió hace muchos años, cuando era sacerdote recién ordenado, en una visita que hice a un querido convento: se acerca una venerable religiosa conmigo, y me dice, con mucha alegría en sus ojos: “he recibido una gracia”.
– ¿Ah si? Le pregunté admirado, – ¿cuál hermana?
– ¡Quiero confesarme!
– Válgame, pensé sorprendido. Se me hacía tan extraño, cómo iba a ser eso una gracia, a mí me daba pena confesarme, sin embargo, así me lo transmitía ella, con emoción, y nunca se me ha olvidado, y pues en verdad sí lo era. Porque convertirnos al Señor es siempre una gracia, un don para la humanidad: Hoy, más que nunca.
No acostumbrarse al pecado sino buscar la gracia, cuánto antes, nos habían enseñado y formado en nuestro Seminario. Y a eso, con la ayuda de Dios, hemos intentado ceñir nuestra vida.
Más de este autor: Ya solo por eso, valdría la pena vivir
Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
Carlo Acutis, también llamado "santo millennial", será canonizado el mismo día que el beato Pier…
Ser monaguillo es servir en el altar, crecer en la fe y descubrir a Cristo.…
El título que Jesús se atribuye no es solo una definición teológica, sino una invitación…
El Papa León XIV nombró a Mons. Carlos Enrique Samaniego López como nuevo Obispo de…
Te ofrecemos el paso a paso para rezar el Santo Rosario por la Paz en…
Tengamos apertura de mente y de corazón, para descubrir los caminos por donde el Espíritu…
Esta web usa cookies.