Perdonar también es parte importante de nuestra fe. Foto: Especial.
El perdón es la única cura para liberarnos del resentimiento y de sus efectos nocivos. Pero, ¿qué ganamos cuando somos capaces de perdonar a quien nos hizo mucho daño?
El que perdona se desembaraza de una carga inaguantable: la de acarrear todos los agravios, recuerdos dolorosos, ira y deseos de venganza.
El rencor nos ata a una situación, momento o persona determinada; no nos permite avanzar. El perdón nos permite seguir adelante.
Perdonar libera de la cárcel de nuestro rencor a quien nos ofendió. Dejamos de recordar y recordarle lo que hizo, le permitimos superarlo.
Cuando perdonamos nos rescatamos del rencor y la desesperanza de pensar que no podemos cambiar. Nos da oportunidad de cambiar.
El rencor nos hace desentendernos de los demás. Perdonar nos recuerda que no son desconocidos, sino hermanos.
*Extraído del libro Por los caminos del perdón de Alejandra María Sosa E.
Cada semana reza, en familia o con amigos o con tu comunidad en la iglesia
La ley que nos ha proporcionado el derecho a votar nos ha asegurado con él…
La señal de la cruz es un gesto antiguo y esencial para los católicos: expresa…
El Señor propone como punto de referencia no el éxito momentáneo sobre el demonio, sino…
El Papa León XIV tuvo un emotivo encuentro con niños de distintas partes del mundo.…
Asamblea vocacional busca fortalecer el acompañamiento juvenil en los decanatos de la Ciudad de México.
Esta web usa cookies.