“DONA NOBIS PACEM” (en un momento te explico por qué lo escribo en latín, que su significado ya lo intuyes) es la petición –humilde y serena- con que concluimos la tercera invocación a Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; luego de suplicarle por dos veces que tenga piedad de nosotros, ¡le pedimos la paz!…

AUNQUE TENGO el convencimiento que nuestros esfuerzos humanos por conseguir la paz siempre serán perfectibles, no tengo razón alguna para despreciar el mínimo trabajo honesto enfocado a conseguirla: oponerme me hace inhumano y hasta irracional; trabajar por la paz debe estar inscrito en nuestro genoma humano…

HAY QUE RECORDAR que la paz no consiste sólo en el apaciguamiento de los ánimos encontrados, ni en el silencio –a veces peor- de las armas; poca paz es (y tal vez no es) la que se logra con el miedo, con la opresión, con el grito del más fuerte o la indiferencia del más cobarde; ¡no!, no es paz la que consigue el que cancela a su prójimo viéndolo como enemigo o adversario…

SE HA DICHO QUE la paz es la “concordia en el orden”, y a la sombra de esta afirmación podríamos decir que en la paz confluyen los ánimos humanos para conseguir el crecimiento y progreso de unos y otros, que en la paz tienen cabida los más nobles propósitos y los ideales auténticos…

METAMOS EN LA CANASTA manzanas, cacahuates, verdolagas y chiles secos -¡bien!-, pero en esa canasta no debemos poner ácido muriático, raticida o tioacetona (dicen que es la sustancia más apestosa que hay, y no te preocupes porque nadie quiere elaborarla pues desconocen su aplicación práctica): no, la paz no consiste en poner junto lo que debe ir separado…

NI EN LA TAL CANASTA ni en qué otro recipiente se debe conservar lo que dejó el perro a la orilla de la banqueta, ni los desechos biológicos que resultan de una curación postquirúrgica: por eso la paz no consiste en repartir melosos abrazos cariñosos a quien tienen claras intenciones criminales y/o destructivas…

A TODOS QUEDA CLARO que la paz y la justicia van de la mano, que la paz y el respeto es para quienes necesitan paz y para lo respetable; que nadie se engañe dejando “en paz” al tirano y al terrorista, que darles margen a su crimen es peor que la injusticia…

TE RECOMIENDO QUE busques y escuches el sencillo y hermoso canon (es un esquema musical ya clásico) escrito por W. Amadeus Mozart y que se llama “Dona nobis pacem”, es decir: Danos la paz; recordando ese canon vino el propósito de escribir en latín lo que ya es parte de la herencia musical que nos han legado genios de la talla del hijo ilustre de Salzburgo…

LUGARES DONDE LA PAZ es urgente son muchos y no solo los azotados por la guerra (¡ojalá que Ucrania fuera noticia por acontecimientos más humanos!): Turquía y Siria han sido heridos por fuerzas tectónicas y los muertos siguen sumando; ahí la paz será un trabajo de largo plazo…

EN SITIOS COMO LA AMAZONIA no se escuchan bombas o aviones militares, pero la paz debe incluir también a nuestro planeta y ahí pende de un hilo muy frágil, pues las ambiciones están devastando al segundo pulmón del planeta (¿sabes cuál es el primero?): deforestación, caza furtiva, incendios espontáneos o provocados, son amenaza para la paz…

EN AFRICA OCCIDENTAL, concretamente en Ghana –país contado entre los más pobres del mundo- está el vertedero de basura electrónica más grande de la parte occidental del planeta y ciertamente el dato no abona en nada para la paz; es más, ahí se da una guerra silenciosa originada en países del llamado “primer mundo”…

LEVANTA LA MIRADA, amable lector, y si acaso ya afligí tu ánimo con información angustiante, no fue mi intención sino subrayar que doquier se necesita la paz; no vayas, pues, tan lejos y haz una pequeña lista de lugares y personas a tu alcance en donde la paz necesita tiempo y espacio, de modo que mucho antes de que activen armas blancas, de fuego o psicológicas, o políticas, o económicas, puedas seguir sembrando la paz: pequeña semilla que crezca como yerba frágil pero útil, o como enormes secuoya, eucalipto o sabino; total, donde haya paz, puede germinar la vida y también se puede cantar “do-o-na no-o-bis, pa-a-cem, pacem” (en modo karaoke, pues)…

*Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

 

P. Eduardo Lozano

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